Firmemos un Pacto con la Investigación

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Autor: José Enmanuel Domínguez Hidalgo. Estudiante de medicina de quinto semestre de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Miembro del Comité Permanente de Intercambio de Investigaciones (SCORE) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

Puedo decir que desde pequeño siempre he sido un curioso sin remedio. Solía hacerme preguntas tan extrañas y rebuscadas sobre distintos tópicos, simplemente para poder pasarme largos ratos en mi computadora encontrando distintas respuestas. Algo nuevo que aprender era una nueva oportunidad de crecer, y fueron esos momentos lo que me hicieron entender que en este mundo tan globalizado, el conocimiento nunca falta.

Pero algunas veces también suelo desanimarme por el hecho de que lo efímero de la existencia no nos permite abarcar todas las áreas del saber; pero sí que hay mucho que descubrir. Es un hecho que las distintas disciplinas que conforman a las ciencias médicas están en constante evolución, pero dicha evolución ¿Está ligada directamente a la aparición de nuevas patologías y al desarrollo evolutivo de nuevas y ya existentes enfermedades hereditarias? ¿O se relaciona más directamente con el propósito puro de la Salud Pública? Diría que a ambas.

La investigación es el arma más potente que poseen las distintas especialidades y subespecialidades que existen en Ciencias de la Salud. Los desafíos a los que se enfrentan los especialistas cada día, ya sea en el área quirúrgica o clínica convierte a la investigación en un ejercicio cotidiano. El reto que representa desarrollar nuevas técnicas de abordaje y la creación de nuevos tratamientos para combatir las distintas enfermedades, sean estas hereditarias o no, demuestra que la medicina es un terreno de juego, en donde no podemos tomar el papel del jugador que se sienta en la banca.

Pero el investigar no solo es un arma que debemos utilizar para combatir lo ya existente. La prevención del desarrollo de nuevas enfermedades, desde la perspectiva que nos brinda la Organización Mundial de la Salud (OMS) al establecer a la salud como un bienestar colectivo, entendiendo que estar sano no es simplemente la ausencia de una patología, sino también un bienestar mental y social, resalta cada vez más la importancia que tiene la medicina preventiva.

Y es importante hacer un énfasis en la parte de “bienestar social” que cita la OMS. La evolución de las sociedades es directamente proporcional a la evolución de las ciencias médicas. Esto es lo que hace a la Medicina Preventiva un área interdisciplinaria que debe apoyarse, no solamente en ciencias como la física, la biología, la química y la farmacología, sino también en ciencias como la psicología, la sociología, la antropología, etc., para poder acercarse cada vez más al propósito tácito, el cual es propiciar que la calidad de vida digna no sea simplemente un sueño utópico. Justamente esto hace que los nuevos estándares de investigación que surgen sean más estrictos, y es lo que obliga al profesional de la salud a extender su currículum a nuevas áreas.

Actualmente el estudiante dominicano de medicina no la tiene fácil en el terreno de la investigación. La poca prioridad que dan los programas académicos de las distintas universidades que ofertan la carrera de medicina a la investigación es crítica. Como estudiantes nos tenemos que enfrentar al hecho de que no existen en nuestro país programas ni incentivos de calidad a la investigación estudiantil, que sean accesibles y conocidos para todos.

Esta realidad no debe de ser un impedimento. Con la exigencia actual del mercado laboral, en donde la investigación es prioridad I-A, debemos de abrirnos paso a la cantidad enorme de obstáculos que se presentarán en nuestra vida estudiantil. El investigar debe de ser una meta que debemos desarrollar cotidianamente y a largo plazo.

El primer paso para lograr investigar en la universidad es idealizarnos como investigadores, y ponernos metas claras y concisas, siempre haciendo uso de la delimitación de problemas reales y actuales que agobian a nuestra sociedad.

Acercarnos a nuestros docentes es una buena herramienta. Disponer de nuestra ayuda y conocimientos puede ser bien visto por aquellos maestros que están llevando a cabo investigaciones científicas.

Es hora de asumir un compromiso pleno y verdadero con la investigación. Con lo efímero de la existencia y lo vasto del conocimiento, es nuestro deber aportar al crecimiento y desarrollo de nuestra sociedad, desde un lugar cómodo, haciendo lo que tanto amamos.

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