Aspectos generales del trastorno depresivo mayor

Autor: Jean Paul Sánchez De León.

Estudiante de Medicina de Octavo Año de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

El trastorno depresivo mayor o depresión mayor es una patología perteneciente a los trastornos del estado de ánimo junto a otras entidades como el trastorno bipolar o los trastornos del estado de ánimo inducido por sustancias. La depresión es un trastorno emocional común, grave y multifactorial, que puede conducir a una variedad de trastornos emocionales y físicos ocasionando un deterioro en el funcionamiento interpersonal, social y ocupacional.

El 13 de enero de cada año se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión. Una enfermedad de la que cada día escuchamos más, gracias al auge que la salud mental como un aspecto importante del concepto de salud, la depresión es una situación que con cada año muestra lo peligrosa que puede llegar y que, en algunos lamentables casos, puede significar la muerte, De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la depresión es un trastorno frecuente que afecta a más de 300 millones de personas, siendo la principal causa global de discapacidad y puede llevar al suicidio.1 Alrededor de un 15% de los pacientes con cuadros depresivos graves terminan suicidándose.
La aparición de síntomas depresivos se encuentra mediada por factores tanto neurobiológicos, personales y psicosociales, donde el bienestar psicológico podría jugar un rol fundamental.2

El trastorno depresivo mayor es una enfermedad que aparece cada día más en la modernidad, particularmente en situaciones de estrés. Dicho estrés suelen conformarlo aspectos de la vida cotidiana, como la carga laboral, los problemas económicos, situaciones sociales del medio circundante (en particular los brotes, rebrotes, variantes y contagios durante la situación actual), enfermedades que inciden o no directamente sobre la aparición de la enfermedad, entre otros componentes.

La etiología de la depresión es, en muchos campos, todavía terreno de hipótesis. La cantidad efectiva de posibilidades es sumamente amplia, donde vemos elementos genéticos, trastornos de neurotransmisores en la teoría de las monoaminas, trastornos hormonales, procesos inflamatorios, decaimiento en las habilidades cognitivas y disminución de las conexiones neuronales por alteración de la neuro plasticidad, aparición de citoquinas y alteración de los ritmos circadianos, la depresión causada por estrés, entre otras. 3 4 5

Ninguna de las mencionadas teorías tiene la capacidad de responder en su totalidad los elementos del trastorno depresivo mayor, pero sí se solapan en diversas vías metabólicas, en la visualización de efectos farmacológicos y el manejo clínico y psiquiátrico, por tanto, se visualizan como diferentes partes de una globalidad clínica.

La aparición de síntomas depresivos suele ser lenta e insidiosa. El paciente puede mostrar ligera abulia, disminución del interés, pérdida del apetito e insomnio o necesidad de dormir más de lo habitual. A menudo estas manifestaciones no son consideradas importantes para el paciente por lo que no acuden al médico y piensan que pasan por una mala época, sin darle mayor importancia

Los síntomas que marcan el comienzo de la depresión pueden ser los mismos, aunque menos intensos, que luego serán los propios del período de estado. Un síntoma cardinal del comienzo son las perturbaciones del dormir. Los sujetos con un episodio depresivo mayor presentan frecuentemente llanto, irritabilidad, tristeza, rumiaciones obsesivas, ansiedad, fobias, preocupación excesiva por la salud física y quejas de dolor (p. ej., cefaleas o dolores articulares, abdominales o de otro tipo).

Un trastorno de depresión no diagnosticado se asocia con una mala calidad de vida, dificultad de funcionamiento físico y social, poca adherencia a tratamientos e inclusive, empeoramiento de otras comorbilidades, así como un aumento de la morbilidad y mortalidad dados por suicidios otras comorbilidades.

Los criterios diagnósticos para depresión mayor según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), hace referencia a uno o más episodios de depresión mayor en ausencia de manía o hipomanía.

Criterios del DSM-5 para el episodio depresivo mayor

Un episodio depresivo mayor se define como la presencia de cinco o más de los síntomas que se presentan a continuación durante las últimas dos semanas, y que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas que se verán más adelante.

Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.

Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo).

Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor.

Además de los criterios del episodio depresivo mayor, tenemos elementos sintomáticos a tener en cuenta como parte del proceso de diagnóstico de la depresión en una consulta. Estos criterios, además de la importancia clínica y diagnóstica, es bueno conocerlos porque son las cosas que los amigos, familiares y demás personas cercanas al paciente pueden observar. Estos son:

  • Un estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información subjetiva o la observación por parte de otras personas.
  • Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades de la mayor parte del día, casi todos los días.
  • Pérdida considerable de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del 5% del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día.
  • Insomnio o hipersomnia casi cada día.
  • Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día, observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido.
  • Fatiga o pérdida de energía casi cada día.
  • Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo).
  • Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena).
  • Pensamientos recurrentes de muerte (no solo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.

Debemos entender que la presencia de estos síntomas representa una lucha perpetua del paciente contra sí mismo, de la mente contra la mente, de la mente contra el cuerpo. Los mismos síntomas hacen que la depresión se mantenga a sí misma. El aislamiento que provoca alimenta a los pensamientos intrusos de inutilidad, la incapacidad de razonar adecuadamente también sirve como leña para ese fuego lento y autodestructivo, que poco a poco llevan al sujeto a creer en la muerte, sus ramificaciones, luego en una posibilidad y se convierte en la única salida. El paciente con depresión lleva una vida de dolor mental y físico, una vida desesperanzada que, poco a poco, dilucida la muerte como el descanso de ese cansancio de estar cansado.

Es aquí donde una visita a tiempo al psiquiatra, con psicoterapia y una terapia medicamentosa puede prevenir la pérdida de una vida. Es importante tener en cuenta que la terapia es variable, que cada paciente es diferente, pues cada mente es diferente. El tratamiento de la depresión mayor requiere de constancia, pues un proceso que tiene múltiples raíces y un importante tiempo de desarrollo no puede resolverse en un día. Esa es la otra parte de la lucha, la que lleva al paciente a salir del hoyo. Para este día mundial de la lucha contra la depresión, si conoces a alguien que presente estos síntomas, si ese alguien eres tú, te exhorto a que de ahora en adelante tu lucha no sea contigo mismo para poder levantarte de la cama, sino que sea contigo mismo en búsqueda de la mejoría de tu salud. Buscar ayuda es una de las mejores decisiones que un paciente puede tomar; es la forma de recuperar las riendas de tu vida. Si luchas con la depresión, eres fuerte, eres resiliente. Si conoces a alguien que lo hace, recuérdale que es un ser humano valioso, forma parte de su red de apoyo, súmale, no le restes.

Todo aquel que lucha con su salud mental es un verdadero soldado de la vida, pero hasta los soldados están rodeados de un escuadrón que los apoya. Es hora de que la lucha cambie.

Referencias

Puig A, Palma F, Ricaño K, Palma J, Martínez M. Síntomas depresivos y rendimiento académico en estudiantes de medicina. Ciencia e Investigación Medico Estudiantil Latinoamericana. 2018;23(2).
Rossi J, Jimenez J, Barros P, Assar R, Jaramillo K, Herrera L. Sintomatología depresiva y bienestar psicológico en estudiantes universitarios chilenos. Rev Méd Chile, [Internet]. 2019;147(5):1-13.
Filatova E, Shadrina M, Slominsky P. Major Depression: One Brain, One Disease, One Set of Intertwined Processes. Cells. 2021;10(6):1283.
Strawbridge R, Young A, Cleare A. Biomarkers for depression: recent insights, current challenges and future prospects. Neuropsychiatric Disease and Treatment. 2017; Volume 13:1245-1262.
Huys Q, Daw N, Dayan P. Depression: A Decision-Theoretic Analysis. Annual Review of Neuroscience. 2015;38(1):1-23.
Velásquez L, Colin R, González M. Afrontando la residencia médica: Depresión y Burnout. Gaceta Méd Mex 2020;149:183-195.

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