Diferencias de género en la esquizofrenia: despunta antes en los hombres que en las mujeres

En un reciente informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 24 millones de personas en todo el mundo padecen esquizofrenia, una enfermedad mental que altera la percepción de la realidad y se caracteriza por cambios de comportamiento, ideas delirantes y alucinaciones. Los primeros síntomas, conocidos como "prodrómicos", pueden ser sutiles y preceden a la manifestación completa de la enfermedad.

La Clínica López Ibor, una referencia en el tratamiento de enfermedades mentales, destaca la importancia de detectar y tratar los síntomas en etapas tempranas, ya que esto puede influir significativamente en el curso de la enfermedad. Los expertos señalan que existen diferencias de género en la manifestación de la esquizofrenia, con los hombres mostrando síntomas en la adolescencia o principios de la adultez, y las mujeres desarrollando síntomas más tarde.

La genética desempeña un papel crucial en la esquizofrenia, con estudios que sugieren una heredabilidad de entre el 60% y el 80%. Sin embargo, los factores ambientales también juegan un papel importante en el riesgo de desarrollar la enfermedad, incluyendo complicaciones durante el nacimiento, infecciones prenatales y consumo de drogas durante la adolescencia.

El enfoque de tratamiento es multidisciplinario, combinando intervenciones médicas, psicológicas y apoyo educativo. Los antipsicóticos son fundamentales en el tratamiento, y se han producido avances científicos recientes que brindan nuevas perspectivas para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

Un estudio multicéntrico liderado por la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai en Estados Unidos ha identificado dos genes previamente desconocidos que podrían estar vinculados a la esquizofrenia. Estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes en la detección temprana y en el desarrollo de terapias personalizadas.

Además, la investigación sobre las bases neurológicas y la comunicación entre la microbiota intestinal y los trastornos psiquiátricos ha arrojado luz sobre nuevas vías de tratamiento. Se busca identificar alteraciones en regiones cerebrales y sistemas de neurotransmisores para desarrollar terapias más precisas.

A pesar de estos avances, persiste un estigma significativo en torno a la esquizofrenia. Las personas que la padecen enfrentan un mayor riesgo de morir prematuramente debido a enfermedades físicas, y a menudo se ven privadas de sus derechos humanos tanto en entornos de salud mental como en la comunidad en general.

Fuente EFE

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