Casi uno de cada dos pacientes deja de tomar estatinas, reduce la dosis o las toma de manera irregular porque cree que los medicamentos para reducir el colesterol causan dolor muscular y otros efectos secundarios. Ahora, un nuevo estudio que ha analizado datos de más de cuatro millones de pacientes ha demostrado que la prevalencia real de la intolerancia a las estatinas en todo el mundo se sitúa entre el 6% el 10%.
Los autores de la investigación, publicada en el «European Heart Journal», afirman que sus hallazgos muestran que la intolerancia a las estatinas se sobrestima y sobrediagnostica. La consecuencia es que los pacientes tienen un mayor riesgo de problemas cardíacos y vasculares, incluidos la muerte, causada por los niveles elevados de colesterol.
Se ha demostrado que el tratamiento con estatinas es importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares y la muerte a causa de ellas.
Esta familia de medicamentos se encuentra entre los fármacos más recetados. Sin embargo, hasta ahora, no estaba claro qué proporción de personas era realmente intolerantes al fármaco.
Los investigadores dirigidos por Maciej Banach, de la Universidad Médica de Lodz y la Universidad de Zielona Góra (Polonia), han llevado a cabo un metanálisis de 176 estudios que incluían a 4.143.517 pacientes en todo el mundo.
El objetivo fue identificar la prevalencia global de intolerancia a las estatinas y la prevalencia según diferentes criterios diagnósticos. También querían determinar qué factores podrían situar a las personas en mayor riesgo de intolerancia a las estatinas.
Descubrieron que la prevalencia general era del 9,1%. La prevalencia fue aún menor cuando se evaluó según los criterios diagnósticos de la National Lipid Association, la ILEP y la European Atherosclerosis Society: 7%, 6,7% y 5,9% respectivamente.
Banach señala que «estos resultados no son una sorpresa para mí, pero sí para muchos otros expertos. Muestran que, en la mayoría de los casos, la intolerancia a las estatinas está sobreestimada y sobrediagnosticada, y significan que alrededor del 93 % de los pacientes en tratamiento con estatinas puede tratarse de manera efectiva, con muy buena tolerabilidad y sin problemas de seguridad».
En su opinión, en base a estos datos se deberían «evaluar los síntomas de los pacientes concienzudamente para ver, en primer lugar, si los síntomas están realmente causados por el medicamento y, en segundo lugar, para evaluar si podrían ser las percepciones de los pacientes de que las estatinas son dañinas, el llamado efecto nocebo, lo que es responsable de más del 50% de todos los síntomas, en lugar de la medicina misma».
Los investigadores también encontraron que las personas mayores, mujeres, de raza negra o asiática, obesas o que padecían diabetes, glándulas tiroideas poco activas o insuficiencia hepática o renal crónica tenían más probabilidades de ser intolerantes.
Además, los medicamentos para controlar los latidos cardíacos irregulares (arritmia), los bloqueadores de los canales de calcio (a menudo recetados para el dolor de pecho y la presión arterial alta), el consumo de alcohol y las dosis más altas de estatinas se asociaron con un mayor riesgo de intolerancia. El mayor riesgo de intolerancia a las estatinas osciló entre el 22% (alto consumo de alcohol) y el 48 % (mujeres) en estos grupos.
Para Banach resulta de «de vital importancia conocer estos factores de riesgo para que predecir de manera efectiva que un paciente en particular tiene un mayor riesgo de intolerancia a las estatinas. Así -insiste-, podemos intentar por adelantado otras formas de tratarlos para reducir el riesgo y mejorar la adherencia al tratamiento. Esto podría incluir dosis más bajas de la misma terapia combinada y el uso de nuevos medicamentos innovadores».
«Creo que el tamaño de nuestro estudio, que es el más grande del mundo para investigar este tema, significa que podemos responder de manera definitiva y efectiva a la pregunta sobre la verdadera prevalencia de la intolerancia a las estatinas», añade Banach.
«Estos resultados muestran claramente que los pacientes no deben temer la terapia con estatinas, ya que se tolera muy bien hasta en un 93 %, lo que es similar o incluso mejor que otros medicamentos cardiológicos».
Fuente: ABC
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