La Sociedad Dominicana de Urología Filial Norte, manifestó a través de un comunicado dirigido a la opinión pública, que no se quedará de brazos cruzados ante los abusos cometidos durante el Concurso Nacional de Residencias Médicas.
Comunicado íntegro.
Durante años, hemos sido testigos de la apertura de nuevas escuelas de especialidades médicas sin la debida consulta a las sociedades científicas, obviando el rol fundamental que estas desempeñan en la garantía de la calidad formativa. Se publican cupos oficiales para residencias y, una vez concluido el concurso, termina ingresando el doble de médicos, sin que medie un estudio que verifique si los centros poseen la capacidad docente, tecnológica y asistencial necesaria para formar especialistas competentes.
Esta vez, la situación ha alcanzado niveles alarmantes.
En el caso de la especialidad de Urología, fueron asignadas oficialmente solo 8 plazas. Sin embargo, han ingresado candidatos que no solo no alcanzaron una posición meritoria en la lista de calificaciones, sino que obtuvieron puntuaciones muy por debajo del promedio. Un ejemplo grave es el del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), donde, habiendo una sola plaza asignada, ingresaron dos candidatos ubicados en las posiciones 21 y 22, con notas de 69 y 71 puntos, por encima de aspirantes como quienes obtuvieron el noveno y décimo lugar, con 85.17 y 83.1 puntos, respectivamente.
Lo mismo ocurre en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, donde se publicaron dos plazas, pero terminaron ingresando cuatro residentes, dos de los cuales ocuparon los lugares 18 y 19, nuevamente por encima de candidatos con mejor puntuación y más cercanos al corte.
Este atropello a los principios de mérito y transparencia desmoraliza a quienes, con sacrificio, se prepararon y esperaban un proceso justo. Además, entendemos que, antes de abrir nuevas escuelas, debe priorizarse la mejora de las ya existentes, muchas de las cuales carecen de equipamiento mínimo, personal docente calificado y criterios básicos de calidad, lo que pone en riesgo la formación de futuros especialistas y, por ende, la salud de la población dominicana.
Más grave aún es el uso discrecional de conceptos como “plazas especiales” o “honoríficas” que, lejos de responder a criterios académicos, parecen formar parte de una agenda de distribución política. Si se desea otorgar plazas honoríficas, que se elija entre los candidatos con mejores calificaciones, no burlándose de quienes hicieron el esfuerzo y demostraron excelencia.
La Sociedad Dominicana de Urología rechaza enérgicamente estos abusos y reitera su compromiso con la defensa de la calidad en la formación médica. No nos quedaremos de brazos cruzados. Aunque las autoridades pretendan guardar silencio o mirar hacia otro lado, alzaremos nuestra voz en nombre del mérito, la ética y la excelencia médica.
Exigimos una revisión inmediata y transparente del proceso de asignación de plazas, así como la anulación de aquellas adjudicaciones que violan los principios elementales de equidad y justicia.
Ver comunicado aquí.
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