Por el Dr. Cristian Francisco, Gineco/Oncólogo, Sexólogo, Medicina Legal, Ética Médica, Perito Médico, Profesor Universitario – UASD, Miembro CMD
El gremialismo médico va mucho más allá de una simple tarea política. Es una profunda expresión de la identidad colectiva del cuerpo médico, una manifestación organizada de sus valores, necesidades y aspiraciones frente a los retos del sistema de salud, la dignidad profesional y la justicia social.
En esta importante labor, el/la candidato/a que representa al gremio no debe ser alguien improvisado/a o meramente carismático/a. Por el contrario, debe ser una persona forjada en la ética, la historia y un compromiso inquebrantable con el bien común, con base en sus competencias.
Desde el surgimiento de las primeras asociaciones médicas en América Latina, el gremialismo ha fungido como un verdadero bastión en la defensa de la autonomía profesional, la promoción de condiciones laborales justas y el fortalecimiento de la medicina como un bien público esencial.
En la República Dominicana, el Colegio Médico Dominicano (CMD) ha sido testigo y protagonista de luchas memorables en pro de la salud pública, el acceso equitativo a los servicios médicos y la formación continua de los profesionales sanitarios. Estas gestas no solo han requerido líderes valientes, sino también representantes capaces de encarnar la dignidad, el respeto y la rica historia institucional que el gremio merece.
El/la candidato/a ideal para el gremialismo médico no es solo quien gana unas elecciones, sino quien representa valores profundos. Entre las cualidades esenciales que lo distinguen, destacan:
• Vocación de servicio gremial: Su interés principal no es el ascenso personal, sino el progreso colectivo de todos sus colegas.
• Formación ética y académica: Posee la capacidad de tomar decisiones informadas, justas y basadas en evidencia.
• Memoria histórica: Es consciente del legado gremial, de las luchas pasadas y de los errores que no deben repetirse.
• Capacidad conciliadora: Integra a los diferentes sectores sin fomentar divisiones destructivas, promoviendo la unidad.
• Sensibilidad social y empatía profesional: Comprende a cabalidad el cansancio del médico rural, la precariedad del residente y el olvido del médico pensionado.
En tiempos de desencanto, el gremialismo exige líderes que escuchen, comprendan y defiendan sin arrogancia. La empatía no es una debilidad, es una manifestación de humanidad. Es entender el dolor de un colega agobiado por la carga laboral o el temor del joven médico ante un sistema incierto. Un líder empático no se aísla en los cargos; se mezcla con su gente, dialoga con respeto y lidera con el ejemplo.
La elección gremial es mucho más que un evento político; es una manifestación de confianza. Elegir un candidato inadecuado por conveniencia, por presión o por desconocimiento histórico puede acarrear consecuencias nefastas para todo el gremio. Por ello, el ejercicio del voto debe ser informado, responsable y coherente con los más altos ideales del profesional médico.
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