Publican primera guía de sarcomas uterinos

El oncólogo e investigador clínico del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, Ricardo Cubedo, advierte de la similitud entre los sarcomas y los miomas de útero, sobre todo en fases iniciales, en el Día Internacional del Sarcoma, un cáncer raro que aparece tanto en los huesos como en las partes blandas del organismo.

“En principio, todos los miomas del útero deberían alertar de la posibilidad, aunque sea remota, de un sarcoma y hay que vigilarlo”, recomienda el experto.

Cubedo considera que intentar llegar con este mensaje a todos los ginecólogos y otros especialistas relacionados de todos los ámbitos, desde la Atención Primaria hasta la consulta privada, “es harto difícil” y opina que es fundamental que los medios de comunicación transmitan esta información para que las mujeres sean conscientes si se les diagnostica un mioma.

Si el sarcoma es agresivo da la cara antes al presentar en el músculo del útero un crecimiento rápido, doloroso y acompañado por sangrado, pero si es de bajo grado, “la paciente puede estar con un diagnóstico de mioma durante 6 años”.

Primera guía de sarcomas uterinos

El Grupo Español de Investigación en Sarcomas (GEIS) ha publicado la primera guía española sobre sarcomas de útero para dar respuesta “a la necesidad de actualización y difusión de nuevos estudios clínicos en relación con este tipo de tumores”.

Según el GEIS, “los sarcomas uterinos son un grupo de tumores muy infrecuentes, ya que únicamente se diagnostican 2 ó 3 casos por cada 100.000 habitantes y año en España”.

“La escasa incidencia -apunta el grupo de investigación- hace que sean unos tumores en los que conseguir que su manejo lo realicen oncólogos expertos es un verdadero reto asistencial. Además, la complejidad diagnóstica de esta enfermedad y sus escasas alternativas terapéuticas hacen muy difícil la toma de decisión clínica en la rutina diaria”.

Atención al crecimiento de un mioma

Los sarcomas aparecen en solitario en el músculo del útero y suelen crecer de forma más rápida, se hacen más grandes y el aspecto radiográfico que presentan en fases más avanzadas difiere de los miomas, que experimentan un lento crecimiento, son pequeños y suelen aparecer varios tumores benignos a la vez.

“La dificultad radica en que si tienes un bulto en el músculo del hombro, al médico le va a llamar la atención porque es raro, pero si tienes un bulto en el músculo del útero, te va a decir que es un mioma”, señala Ricardo Cubedo, también oncólogo en el MD Anderson Cancer Center de Madrid y miembro del GEIS.

Tanto los miomas como los sarcomas de útero pueden sangrar pero es mucho más frecuente en estos últimos, es una señal de alarma.

Otra de las dificultades es la imposibilidad de analizar una muestra del tumor del útero, hacer una biopsia, para saber si es un sarcoma o un tumor benigno por lo que la cirugía se convierte en la opción para extirpar el útero, aunque posteriormente se descarte el cáncer.

No a la morcelación

La morcelación uterina es una técnica quirúrgica que, en el caso de los miomas, supone la atomización de estos tumores en múltiples trozos para así eliminarlos.

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), “la morcelación uterina laparoscópica está claramente contraindicada en los casos donde se sospecha o confirma malignidad”.

“Sin embargo, -añade este organismo- el problema de la morcelación está en el diagnóstico inadvertido del sarcoma uterino ya que no se dispone de herramientas eficaces para diagnosticarlos y pueden presentarse como miomas benignos. Podría haber, por tanto, un riesgo de diseminación del tejido canceroso en la cavidad peritoneal”.

El tipo y el tratamiento de los sarcomas de útero

El sarcoma de útero más frecuente, dentro de lo poco habitual que es este cáncer, es el leiomiosarcoma que crece en un músculo tan poderoso como el del útero, denominado de fibra lisa y que se contrae para el parto sin que medie la voluntad de la mujer.

Por contra, los músculos que se contraen cuando les damos la orden son los llamados músculos estriados.

También los leiomiosarcomas aparecen en otros músculos del cuerpo, incluso en una vena que está rodeada de músculo que se contrae también de forma involuntaria.

Una vez más, Ricardo Cubedo señala una traba en este tipo de cáncer: la piedra angular en el abordaje terapéutico de los sarcomas uterinos sigue siendo la cirugía y, según los casos, se administra quimioterapia y radioterapia sin que la inmunoterapia esté dando resultados.

Fueente EFE

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