El uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes ha registrado un preocupante aumento en España, según la más reciente encuesta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). El 11,1 % de los jóvenes de entre 14 y 18 años consume cigarrillos electrónicos, cifra que representa casi nueve veces la media global, estimada en un 1,2 %, y supera en más de cuatro puntos el dato registrado en 2024, cuando el 6,6 % de los menores afirmaba utilizar estos dispositivos.
Estos datos forman parte del estudio anual que semFYC publica en el marco de la Semana Sin Humo, este año bajo el lema “Ni fumo ni vapeo, mi salud es mi trofeo”, y que coincide con el Día Mundial Sin Tabaco que se celebra el 31 de mayo. La encuesta se realizó a 9.500 personas y muestra que el 19,3 % de los adolescentes entre 14 y 18 años fuma, de los cuales una proporción creciente opta por los cigarrillos electrónicos a pesar de estar prohibidos para menores.
A pesar de que el 77,8 % de los encuestados en esta franja de edad reconoce conocer los efectos negativos del vapeo en la salud, su consumo continúa en aumento. Los especialistas advierten que estos dispositivos, presentados con apariencia inofensiva y sabores atractivos, están normalizando el consumo de nicotina desde edades tempranas, generando una nueva generación vulnerable a la adicción.
El doctor Bartomeu Massuti, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Doctor Balmis de Alicante y secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), alertó sobre la creciente popularidad de los vapeadores entre adolescentes, especialmente en las mujeres jóvenes. Señaló que la edad media de inicio del vapeo ya se sitúa en los 12 años y que esto está contribuyendo a una normalización preocupante del consumo de nicotina.
Existe además una falsa percepción de que los cigarrillos electrónicos son menos dañinos que el tabaco tradicional. Sin embargo, como advierte el doctor José Luis González Larriba, jefe de la Unidad de Tumores Torácicos del Hospital Clínico San Carlos y vicepresidente del GECP, la mayoría de estos productos contiene nicotina y otras sustancias tóxicas, muchas de las cuales ni siquiera están indicadas en el etiquetado. Los sabores, el diseño atractivo y la promoción en redes sociales incrementan su atractivo entre los menores.
Otra preocupación creciente es la feminización del consumo. Según la encuesta ESTUDES 2023, el 56,8 % de las adolescentes afirma haber probado el vapeo frente al 52,5 % de los chicos, y un 36,8 % ha probado el tabaco convencional, comparado con el 30 % en los varones. Esta tendencia, según los especialistas, comienza a reflejarse en las cifras de incidencia del cáncer de pulmón en mujeres, que continúan en ascenso.
Ante esta situación, el GECP ha hecho un llamado urgente a reforzar las políticas públicas de prevención del tabaquismo en adolescentes, incluyendo la ampliación de la regulación, la restricción de la publicidad y el control del acceso a estos productos tanto en establecimientos físicos como en plataformas digitales. También se propone el desarrollo de campañas dirigidas específicamente a menores, con mensajes claros sobre los efectos nocivos del vapeo y el tabaco tradicional.
Por su parte, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha reiterado su advertencia sobre los riesgos de las nuevas formas de consumo de nicotina, que incluyen no solo cigarrillos electrónicos, sino también tabaco calentado, bolsitas de nicotina y pipas de agua. Estos productos, aunque promocionados como menos nocivos, también contienen compuestos adictivos y tóxicos que perjudican la salud de quienes los consumen y de las personas expuestas a sus vapores.
SEPAR recuerda además que ninguno de estos productos ha demostrado eficacia como herramienta para dejar de fumar. Por el contrario, están diseñados para atraer especialmente a los jóvenes mediante campañas de marketing agresivas.
Frente al aumento del vapeo en adolescentes, los expertos coinciden en que se trata de un problema urgente de salud pública que exige respuestas contundentes desde las instituciones, las familias y la sociedad.
Fuente EFE.
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