La Sociedad Dominicana de Pediatría (SDP) celebró su más reciente desayuno científico, que contó con la participación del doctor Andrés Mena de La Rosa, profundizó en el papel de los biofilms bacterianos y el impacto del estrés oxidativo, destacando la N-Acetilcisteína (NAC) como herramienta terapéutica clave.
Durante su ponencia, el doctor Mena de La Rosa explicó que los biofilms –comunidades bacterianas organizadas y resistentes– representan la forma más común de vida bacteriana, con implicaciones significativas en la salud humana. Explicó que estas biopelículas confieren a las bacterias una alta resistencia a factores ambientales adversos y a tratamientos médicos, lo que dificulta la erradicación de infecciones persistentes.
El especialista destacó que los biofilms pueden causar infecciones persistentes y crónicas en niños, lo que puede afectar su calidad de vida y su desarrollo. En estas afecciones relacionadas con biofilms, el tratamiento puede ser más complejo y prolongado que el de las infecciones causadas por bacterias individuales. Por ello, destacó la importancia de tomar medidas preventivas para evitar la formación de biofilms, como mantener una buena higiene oral.
El especialista detalló que el estrés oxidativo, caracterizado por un desequilibrio entre especies reactivas de oxígeno y mecanismos antioxidantes, es un factor crucial en el desarrollo de patologías inflamatorias y crónicas. En este contexto, subrayó el papel central de la N-Acetilcisteína (NAC), no solo como mucolítico, sino también por su capacidad antioxidante y su acción disruptiva sobre los biofilms bacterianos.
Resaltó que existen estudios que avalan el uso de la N-acetilcisteína (NAC) como medida preventiva y terapéutica, debido a su importante papel como bloqueador de la acción bacteriana de los biofilms.
Durante la charla, el doctor Mena de La Rosa hizo hincapié en la hipersecreción de moco como un signo clínico relevante, indicando que esta puede asociarse con procesos alérgicos, infecciones bacterianas y virales, o incluso patologías graves como la fibrosis pulmonar o la EPOC. Explicó que la diferenciación del tipo de moco, es fundamental para orientar el diagnóstico y tratamiento.
Asimismo, desglosó las categorías de medicamentos dirigidos al manejo del moco: mucolíticos, mucocinéticos y modificantes. Enfatizó que la NAC, además de su acción mucolítica al romper los enlaces disulfuro del moco, tiene un papel antioxidante esencial al potenciar los niveles de glutatión, y además interfiere en la formación de biofilms, reduciendo la carga bacteriana.
La presentación también abordó las implicaciones de la NAC en patologías como la fibrosis quística, la fibrosis pulmonar idiopática y la bronquitis crónica. En particular, destacó el uso de la NAC en la fibrosis quística, enfermedad que se caracteriza por secreciones mucosas densas y pegajosas, y que afecta múltiples órganos, principalmente pulmones y páncreas.
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