La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este miércoles sobre un incremento sostenido en los casos de COVID-19 impulsado por la propagación de una nueva variante del virus, identificada como NB.1.8.1, la cual fue detectada por primera vez en China en enero de este año.
Según el más reciente comunicado del organismo internacional, el crecimiento de contagios ha sido más notable en regiones como el Mediterráneo oriental, el Sudeste Asiático y el Pacífico occidental. A mediados de mayo, la variante NB.1.8.1 representaba casi el 11% de las muestras secuenciadas globalmente, frente al 2,5% registrado cuatro semanas antes.
Propagación internacional y vigilancia
La variante ya ha sido detectada en viajeros provenientes de Asia que arribaron a Estados Unidos, específicamente a los estados de California, Washington, Virginia y Nueva York, según reportes de los controles sanitarios en aeropuertos estadounidenses.
Pese a su expansión, la OMS clasificó a NB.1.8.1 como "variante bajo monitoreo" (VUM) y afirmó que el riesgo para la salud pública global sigue siendo bajo por el momento. También señaló que no hay evidencia que indique que esta variante cause cuadros clínicos más graves que los observados en cepas anteriores.
No obstante, la doctora Amy Edwards, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, explicó a medios estadounidenses que análisis preliminares muestran que NB.1.8.1 tiene una mayor afinidad por las células humanas, lo cual podría favorecer su capacidad de transmisión. Aclaró, sin embargo, que esto no implica necesariamente un aumento en la severidad de la enfermedad.
Las vacunas actuales siguen siendo efectivas
La OMS aseguró que las vacunas aprobadas mantienen su eficacia frente a la nueva variante, y recomendó mantener las estrategias de vigilancia genómica y de prevención epidemiológica para contener posibles brotes.
A pesar de este panorama, Estados Unidos anunció cambios en su política de vacunación. El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., declaró que ya no se recomienda la vacunación contra COVID-19 para niños sanos ni mujeres embarazadas, lo que generó preocupación entre expertos en salud pública ante la posible relajación de medidas preventivas en medio de la aparición de nuevas variantes.
De acuerdo con la investigadora australiana Lara Herrero, profesora de Virología de la Universidad Griffith, NB.1.8.1 ya es la variante dominante en China y Hong Kong desde finales de abril. Herrero subrayó que el crecimiento de esta cepa “ha llevado a las agencias internacionales de salud a intensificar el monitoreo”.
Hasta la fecha, no se ha identificado un aumento significativo en la gravedad de los casos vinculados con NB.1.8.1, aunque se ha reportado un alza en hospitalizaciones en algunas regiones del Pacífico occidental, lo que podría estar relacionado con patrones estacionales habituales.
La OMS reiteró su compromiso de seguir monitoreando de cerca la evolución de esta variante, así como los posibles cambios en su comportamiento, para ofrecer recomendaciones actualizadas. La situación refuerza la necesidad de mantener la vigilancia epidemiológica, el intercambio de información internacional y la preparación de los sistemas sanitarios ante nuevas mutaciones del virus.
Fuente INFOBAE.
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