La nueva forma de tratar el cáncer, los inhibidores del ADN de las mitocondrias

Las mitocondrias son un elemento esencial para la supervivencia de las células cancerosas. Las células tumorales necesitan esta fuente de energía celular, no solo para obtener el combustible o alimento para desarrollarse, sino también para producir una variedad de componentes básicos necesarios para generar más células a medida que las células cancerosas se dividen. La división celular continua significa que una célula cancerosa debe producir constantemente nuevas mitocondrias para crecer.

Hasta ahora, no hay tratamientos que se dirijan a esta posible diana terapéutica, pero un equipo del Instituto Karolisnka (Suecia) cree que es posible intervenir en este proceso.

Tal y como explican hoy en la revista « Nature», los científicos aseguran haber desarrollado inhibidores que interfieren en la función mitocondrial de las células cancerosas. En su trabajo han visto que el tratamiento con estos inhibidores detenía la proliferación de células cancerosas y reducía el crecimiento tumoral en ratones, sin que las células sanas se vieran afectadas.

Las mitocondrias son las plantas energéticas de nuestro organismo. Son esenciales para convertir la energía de los alimentos que comemos en la moneda de energía común que se requiere para una variedad de funciones celulares.

Los intentos previos dirigidos a usar las mitocondrias como dianas para el tratamiento del cáncer se habían centrado en inhibir de forma aguda la función mitocondrial. Sin embargo, esta estrategia genera efectos secundarios graves debido al papel clave de las mitocondrias para el funcionamiento normal de los tejidos.

La alternativa que proponen estos expertos no interfiere directamente con la función de las mitocondrias. Los investigadores diseñaron inhibidores muy selectivos que se dirigen al propio material genético de las mitocondrias, el ADNmt, que tiene un papel fundamental en la formación de nuevas mitocondrias.

Al investigar el mecanismo de acción de estos nuevos inhibidores, observaron que los fármacos colocan a las células cancerosas en un estado de agotamiento extremo de energía y nutrientes. Esto conduce a la pérdida de los componentes básicos celulares necesarios, reduce el crecimiento de las células tumorales y, en última instancia, lleva a la muerte celular.

Los autores concluyen que estos inhibidores muestran efectos potentes para el tratamiento del cáncer en modelos preclínicos de ratón y tienen el potencial de desarrollarse más para aplicaciones clínicas en el cáncer en pacientes.

Fuente: ABC 

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