La cultura de la ligereza (Primera parte)

Por Ayaibex Montas/Santo Domingo 

La postmodernidad es una cultura hipermoderna cuya característica más visible es la aparición de formas de vida más livianas, suaves y ligeras que paradójicamente se sostienen en conductas sobreesforzadas y pesadas. Esta cultura de la ligereza la explica el filósofo francés Gilles Lipovetsky (2015) en su libro “de la ligereza”. La hipermodernidad es el reino de la ligereza introduciéndose en todos los aspectos de la vida: en los cuerpos, social, individual, en las cosas, en los sueños, en el imaginario colectivo. La ligereza aparece en todos los ámbitos consumo, moda, diseño, decoración, arquitectura, política, hasta en el cuerpo humano. Es la época de la utopía light. 

En esta cultura de lo ligero donde todo lo queremos ya, el tiempo también se ha acelerado, todo va más deprisa, los carros, los aviones, la velocidad del internet, las relaciones. Las cosas se vuelven efímeras, aparece una foto en la pantalla y se va sin dejar rastros. Mientras que el progreso técnico se caracteriza por una obsolescencia cada vez mayor de mercancías y de servicios, del hardware y software que solo duran segundos en el mercado hasta el próximo Iphone. 

El orden de lo ligero no solo avanza a una actitud cultural sino que también permea sobre la economía y la cultura global. 

Antes los valores culturales hablaban de lo pesado como lo serio, lo respetable, Ahora En este capitalismo de hiperconsumo largos aspectos de la vida son atravesados por lo light, la desmaterialización, sustituyendo las formas de lo pesado. Hoy lo ligero cambiado su valor deja de relacionarse con lo inmoral y es sinónimo de móvil y virtual. Todo en la sociedad actual está marcado por la ligereza o levedad, la volubilidad, inestabilidad, inconstancia, fugacidad, e irreflexión. 

El lema de este tiempo menos equipaje es hermoso, lo pequeño es hermoso. Estamos en la civilización de lo ligero. hoy el mundo concreto, el mundo material se convierte en ligero. Por ejemplo, con los smartphones de 200 gramos en nuestros bolsillos; podemos oír música, ver películas, jugar, ponernos en contacto con amigos, mandar fotos, filmar con 200 gramos en nuestras manos. Paul Valery, otro filósofo, habla de un “capitalismo artístico” como la estetización de los objetos y de los comportamientos, la irrupción de un homo esteticus, amante de las “sensaciones inútiles”. 

Existe en el ambiente la difusión de un clima de diversión permanente, un estado de cosas lúdico y hedonista que incita a los placeres inmediatos y fáciles. La ligereza en la sociedad actual es todo lo que rima con el placer, con el hedonismo.

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