Un equipo de investigación del IDIBELL-ICO ha llevado a cabo el primer estudio europeo que analiza la relación entre la ingesta de polifenoles —componentes presentes en alimentos de origen vegetal— y el riesgo de desarrollar neoplasias linfoides, un grupo heterogéneo de cánceres de la sangre. El trabajo, liderado por la Dra. Delphine Casabonne y el Dr. Raúl Zamora, ha sido publicado en British Journal of Cancer y marca un paso clave para comprender cómo ciertos hábitos dietéticos pueden influir en enfermedades hematológicas.
Los polifenoles, abundantes en frutas, verduras, café o soja, son conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Aunque se ha sugerido que estos compuestos podrían contribuir a regular el peso, mejorar la glucosa en sangre y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes tipo II, hasta ahora existían pocos estudios epidemiológicos que explorarán su impacto en neoplasias linfoides.
Un grupo de cánceres complejo y diverso
Las neoplasias linfoides comprenden más de 75 tipos de tumores que afectan a los linfocitos, células esenciales del sistema inmunitario. Su diversidad dificulta el estudio de factores de riesgo modificables. “Conocemos pocos factores que podamos cambiar para reducir el riesgo de estos cánceres, por lo que estudios como este son esenciales”, señala la Dra. Casabonne.
Un análisis pionero con más de 350.000 participantes
El estudio se realizó en el marco de la cohorte europea EPIC, una de las investigaciones más grandes del mundo en nutrición y cáncer. Con más de 350.000 participantes de siete países seguidos durante una media de 14 años, EPIC permitió identificar 2.394 casos de neoplasias linfoides y analizar sus hábitos dietéticos para investigar posibles vínculos con la ingesta de polifenoles.
Primeros indicios: asociaciones específicas por tipo de polifenol
Los resultados generales no muestran una asociación clara entre el consumo global de polifenoles y las neoplasias linfoides. Sin embargo, el análisis por subclases detectó dos posibles relaciones:
- Isoflavonas (presentes en la soja): podrían tener un ligero efecto protector frente a algunos linfomas.
- Ácidos fenólicos (abundantes en el café): un consumo elevado podría asociarse con un mayor riesgo de linfoma de Hodgkin.
“Son hallazgos preliminares que deben interpretarse con cautela”, explica el Dr. Zamora. “Se trata de una primera aproximación para comprobar si lo observado en el laboratorio también se refleja en la población general.”
La dieta, un reto científico por su gran variabilidad
El estudio también resalta la enorme variabilidad en los hábitos alimentarios europeos. Los daneses registraron la mayor ingesta media de polifenoles (1.573 mg/día), mientras que España mostró la más baja (728 mg/día). Esta diversidad, unida a los cambios dietéticos actuales hacia un mayor consumo vegetal, plantea nuevos interrogantes sobre cómo la dieta influye en la salud a largo plazo.
La Dra. Casabonne subraya la importancia de continuar investigando, especialmente en poblaciones como la asiática, donde la incidencia de algunos linfomas es menor y el consumo de soja es significativamente más alto: “Los estudios en estas poblaciones serán clave para entender si la dieta tiene un papel protector.”
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