Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid ha identificado una proteína clave para la supervivencia de las neuronas en la enfermedad de Huntington. El estudio, publicado en la revista Cell Death & Disease, muestra que la proteína PKD1, con funciones neuroprotectoras, se encuentra reducida en las neuronas de pacientes con esta dolencia hereditaria, lo que las hace más vulnerables al daño cerebral.
La investigación, liderada por la científica Teresa Iglesias desde el Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreale (IIBM-CSIC-UAM), en colaboración con José J. Lucas, Eva Porlan y Miguel R. Campanero del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM), representa un avance prometedor en la comprensión de los mecanismos que desencadenan la degeneración neuronal en Huntington.
La enfermedad de Huntington, causada por una mutación en el gen HTT, provoca la acumulación de una proteína defectuosa en el cerebro, lo que conlleva una degeneración progresiva de las neuronas, especialmente en el estriado, una región clave para el control del movimiento y funciones cognitivas. Aunque los síntomas suelen aparecer entre los 30 y 50 años, el daño neuronal comienza mucho antes.
En este contexto, los investigadores descubrieron que la cantidad de PKD1 está significativamente disminuida en las neuronas afectadas, mientras que en otras células cerebrales, como los astrocitos, su presencia es mayor, lo que indica un desequilibrio en su regulación según el tipo celular. La función protectora de PKD1 radica en su capacidad para mitigar el estrés oxidativo y la excitotoxicidad, dos procesos que aceleran el deterioro neuronal.
Uno de los logros más destacados del estudio fue el desarrollo de una herramienta molecular capaz de activar PKD1 exclusivamente en neuronas. Aplicada en cultivos celulares y en modelos animales de la enfermedad, esta intervención permitió a las neuronas resistir mejor el daño y conservar características propias de células sanas. “Su actividad es crucial para la supervivencia neuronal y potenciarla podría ralentizar el deterioro característico de Huntington”, afirma Ana Simón, miembro del equipo investigador.
Aunque aún se encuentra en fase experimental, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de tratamientos basados en la activación de PKD1, ya sea mediante terapia génica o fármacos que emulen su efecto protector. “Conocer a fondo los mecanismos de PKD1 no solo es relevante para Huntington, sino que podría tener implicaciones en otras enfermedades neurológicas”, señala Álvaro Sebastián, coautor del trabajo, ahora en la Universidad Complutense de Madrid.
Este estudio se enmarca en los proyectos de investigación del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber, ISCIII), dentro de las áreas de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) y Cardiovasculares (Cibercv), y representa una esperanza para avanzar hacia terapias más efectivas para esta enfermedad devastadora que afecta a miles de personas en todo el mundo.
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