Tomar medicamentos para la obesidad o la diabetes —como los análogos del GLP-1, conocidos popularmente como Ozempic o Mounjaro— sin acompañarlos de una dieta adecuada ni ejercicio físico es “una equivocación total” que puede acarrear efectos rebote y pérdida severa de masa muscular. Así lo advierte Jordi Salas-Salvadó, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona.
El experto explica que cada vez se observan más personas que buscan bajar de peso “sin hacer ningún esfuerzo”. Sin embargo, insiste en que estos fármacos deben formar parte de una estrategia integral y supervisada.
“No está indicado tomar el fármaco sin dieta y sin ejercicio físico”, afirma el también director del Programa de Nutrición del CIBER de Obesidad (CIBERobn). “Primero hay que intentar alcanzar un peso normal con alimentación y actividad física, y solo después incorporar estos medicamentos, siempre acompañados de hábitos saludables”.
Riesgos: sarcopenia y efecto rebote
Salas-Salvadó explica que los análogos de GLP-1 suelen disminuir el apetito y generar náuseas, lo que lleva a algunas personas a consumir muy pocas calorías y descuidar la calidad nutricional de su dieta. Esto puede provocar sarcopenia, es decir, pérdida de masa y fuerza muscular, incluso en personas mayores o con obesidad.
Otro peligro es el llamado efecto yo-yo: “Quien toma el fármaco sin cambiar su estilo de vida baja de peso, pero al dejarlo, recupera los kilos perdidos”, señala.
La dieta mediterránea, el modelo más efectivo
El experto destaca que la dieta mediterránea, acompañada de actividad física regular, es la estrategia con mayor evidencia científica para el control del peso, la diabetes tipo 2 y la reducción de riesgos cardiovasculares.
Este patrón alimentario, basado en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescado y aceite de oliva, no solo complementa los tratamientos farmacológicos, sino que debería ser “la base de nuestra alimentación”.
“El adherirse a una dieta mediterránea hipocalórica con actividad física es la mejor estrategia para bajar peso en personas con sobrepeso u obesidad”, subraya, apoyándose en los resultados de los estudios Predimed 1 y Predimed Plus.
El impacto de los hábitos alimentarios en las nuevas generaciones
Salas-Salvadó advierte de que los malos hábitos alimentarios no solo afectan a quien los practica. La epigenética demuestra que una mala alimentación en los padres puede transmitir cambios biológicos a sus hijos y hasta a varias generaciones.
Además, lamenta que “vivimos en un mundo de prisas”, donde se abandona la cocina tradicional y se triplica el consumo de alimentos procesados, en gran parte por la demanda de los consumidores.
Ayuno intermitente: sin evidencia sólida a largo plazo
El investigador también participó en una revisión científica sobre el ayuno intermitente. Según los resultados, este método solo mostró beneficios pequeños en el corto plazo, sin datos concluyentes sobre su efectividad prolongada.
“En pérdida de peso a largo plazo, la única evidencia sólida sigue siendo la dieta mediterránea ligeramente hipocalórica”, concluye.
Fuente: EFE
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