Estudio revela que hasta el 40% de las trabajadoras sexuales tienen VIH en países que penan la prostitución

Penar la prostitución incrementa el riesgo de contraer VIH entre las profesionales femeninas del sexo, según los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health (Estados Unidos), llevado a cabo en diez países de África subsahariana con diferentes legislaciones de las prácticas sexuales pagadas.

En su trabajo, presentado en la conferencia anual de la Sociedad Internacional de Sida (IAS 2019), que se está celebrando en Ciudad de México, los investigadores explican que el entorno jurídico y político es un "determinante estructural clave" del riesgo de VIH para las profesionales del sexo. De hecho, han evidenciado una clara relación entre el VIH y el estatus legal de la prostitución.

Los responsables del estudio reclutaron a trabajadoras sexuales durante el periodo 2011-2018 en diez países: Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Guinea-Bissau, Lesotho, Senegal, Suazilandia, Sudáfrica y Togo. Llevaron a cabo cuestionarios sociocomportamentales y pruebas biológicas para detectar el VIH. El estatus legal del trabajo sexual en los respectivos países fue definido de la siguiente forma: no especificado, parcialmente legalizado y penalizado.

De acuerdo con sus resultados, la prevalencia del VIH entre los profesionales del sexo en países con legalización parcial fue del 11,6 por ciento; del 19,6 por ciento en contextos donde la venta de sexo no está especificada legalmente; y del 40,4 por ciento en entornos penalizados. De esta forma, en comparación con los países con legalización parcial, la condición de delincuente o no especificada legalmente está asociada con un aumento de las probabilidades de contraer el VIH.

"De manera consistente, el contexto legal del trabajo sexual se asoció con la prevalencia de la infección individual por VIH entre las trabajadoras sexuales. Estos resultados ponen de relieve que las leyes contribuyen a los resultados a nivel individual y que la despenalización, junto con los servicios de apoyo, debe establecerse para abordar eficazmente la epidemia del VIH", afirmaron los responsables de esta investigación.

MISMA TENDENCIA EN PERSONAS QUE SE INYECTAN DROGAS

Por otra parte, un estudio relacionado, también presentado este lunes en IAS 2019, ha concluido que ciertas prácticas policiales, como la confiscación de jeringuillas, se vinculan sistemáticamente con un mayor riesgo de contraer el VIH en personas que se inyectan drogas. En su trabajo, investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) realizaron una revisión sistemática de estudios cuantitativos realizados entre 1981 y 2018 que incluían estimaciones de la infección por VIH o conductas de riesgo de estos consumidores de drogas, así como de las asociaciones con prácticas policiales a este colectivo, como arrestos.

De las 8.201 investigaciones examinadas, se eligieron una serie de artículos científicos en nueve países: Rusia, México, Estados Unidos, Canadá, Ucrania, Tailandia, Malasia, China e India. La infección por VIH se asoció significativamente con la confiscación de jeringuillas, la no compra de nuevas por miedo a la policía, la inyección apresurada debido a la presencia policial o la confiscación de jeringuillas precargadas.

"Las prácticas policiales que influyen en el VIH y el riesgo relacionado con las drogas son omnipresentes entre las poblaciones de personas que se inyectan drogas, con una elevada carga del VIH en diversos entornos. Existe una necesidad urgente de intervenciones para transformar las intervenciones de la policía en este colectivo de una fuente de daño a una fuente de reducción de daños", destacan los investigadores.

Fuente: DPA.

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