Una molécula experimental que se activa con luz azul podría convertirse en una nueva herramienta para tratar de forma no invasiva el dolor ocular asociado al ojo seco, según un estudio liderado por el Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH).
El compuesto, denominado DENAQ, ha demostrado en modelos animales la capacidad de reducir la actividad excesiva de los nervios sensoriales de la córnea —la capa transparente que recubre el ojo— sin alterar funciones protectoras esenciales como el parpadeo o la producción de lágrimas.
Luz azul para calmar los nervios oculares
El trabajo, publicado en la revista British Journal of Pharmacology, es el primero que demuestra que una molécula fotosensible puede modular la actividad nerviosa de la córnea mediante luz, abriendo así la puerta a tratamientos ópticos no invasivos basados en optofarmacología, una disciplina emergente que utiliza luz para regular la actividad neuronal sin necesidad de manipulación genética.
“La luz no bloquea la función de los nervios, sino que la devuelve a la normalidad. En el ojo seco, las terminaciones nerviosas están disparando de forma exagerada y, con el optofármaco y la luz azul, conseguimos que su actividad vuelva a niveles saludables”, explica Víctor Meseguer, investigador principal y codirector del laboratorio de Neurobiología Ocular del Instituto de Neurociencias CSIC-UMH.
En los experimentos realizados en modelos de cobayas y ratas, DENAQ actuó como un “interruptor químico”: al cambiar de forma bajo luz azul, modula los canales iónicos de las neuronas corneales y reduce su excitabilidad. Este efecto se mantuvo incluso en córneas con sequedad inducida, sin alterar la respuesta normal al estímulo del frío.
Una alternativa a los tratamientos convencionales
El uso de DENAQ permite ajustar con precisión la actividad nerviosa periférica mediante un estímulo luminoso localizado, ofreciendo un control sin precedentes sobre estructuras sensoriales como la córnea.
A diferencia de los tratamientos farmacológicos tradicionales, esta técnica evita efectos secundarios sistémicos y preserva la sensibilidad protectora del ojo, al actuar solo sobre las zonas afectadas y de forma reversible.
“Estos resultados refuerzan la idea de que podemos controlar la actividad nerviosa periférica de forma localizada, precisa y reversible usando fármacos sensibles a la luz”, añade Meseguer. “En el futuro, podría aplicarse no solo al ojo seco, sino también a otras neuropatías periféricas”.
Nuevas claves sobre los receptores corneales
El estudio también ha permitido descubrir que DENAQ penetra en las terminaciones nerviosas a través de canales P2X3, un hallazgo novedoso que podría inspirar el desarrollo de fármacos fotosensibles más específicos para la superficie ocular. La molécula fue sintetizada en colaboración con el equipo del profesor Richard H. Kramer, de la Universidad de Berkeley (California), pionero en el diseño de compuestos fotosensibles.
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