Estudio confirma dieta mediterránea y ejercicio reducen riesgo de diabetes tipo 2

Una investigación de gran escala realizada en España confirma que la combinación de una dieta mediterránea hipocalórica y la actividad física regular reduce significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas con sobrepeso y alto riesgo metabólico.

El hallazgo proviene del estudio PREDIMED-Plus, coordinado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), con la participación del Hospital de Bellvitge y el IDIBELL. Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista científica Annals of Internal Medicine, del Colegio Americano de Médicos.

La primera evidencia de un efecto combinado

Según el doctor Antoni Riera, jefe de Medicina Interna del Hospital de Bellvitge y firmante del estudio, “es la primera vez que se demuestra que la suma de la dieta mediterránea y el ejercicio reducen el riesgo de aparición de la diabetes”.

Los investigadores analizaron durante seis años a 4,746 participantes de entre 55 y 75 años con obesidad o síndrome metabólico, que no tenían diabetes ni enfermedades cardiovasculares al inicio.

  • En el grupo que solo siguió la dieta mediterránea tradicional, sin restricción calórica ni actividad física extra, el riesgo de desarrollar diabetes fue del 12 % (349 casos).
  • En cambio, en el grupo con intervención intensiva —dieta mediterránea reducida en calorías y plan de ejercicio físico— el riesgo descendió al 9,5 % (280 casos).

Esto supone una reducción del 31 % en los nuevos casos de diabetes entre quienes adoptaron la estrategia combinada.

Un estudio pionero en Europa

El PREDIMED-Plus es uno de los ensayos clínicos de nutrición más importantes de Europa, con una financiación de más de 15 millones de euros, en su mayoría del ISCIII y el Consorcio CIBER.

Nace como evolución del histórico PREDIMED, que hace más de dos décadas demostró que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reducía la incidencia de diabetes en un 30 % frente a una dieta baja en grasas.

La diferencia ahora es que la nueva investigación añade el componente de restricción calórica moderada y actividad física, logrando resultados aún más sólidos.

Más allá del control de peso

El equipo científico concluye que los beneficios de la dieta mediterránea no se deben solo a la pérdida de peso. Los alimentos que la componen —ricos en fibra, antioxidantes y grasas saludables— actúan sobre distintos mecanismos asociados a la diabetes tipo 2:

  • Disminuyen la resistencia a la insulina.
  • Reducen la inflamación crónica.
  • Combaten el estrés oxidativo.

Estos efectos se potencian al combinarse con el ejercicio regular y con una reducción calórica moderada, lo que convierte esta estrategia en una herramienta preventiva sostenible, culturalmente aceptada y efectiva a largo plazo.

La diabetes tipo 2, un problema en ascenso

La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica en continuo aumento, vinculada directamente al crecimiento de la obesidad en el mundo. Además de afectar la calidad de vida, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, renales y neurológicas.Por ello, los investigadores recalcan que adoptar estilos de vida saludables basados en la dieta mediterránea y la actividad física puede convertirse en una de las estrategias más accesibles y sostenibles de prevención.

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