Educación Médica en el Siglo XXI: Ciencia, Tecnología y Humanismo

Por Eddy Pérez-Then, Dr. Med, MSP, MSPH, MBA, PhD
Presidente, Two Oceans in Health
Decano Asociado de Investigación, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad O&M

Resumen

La educación médica enfrenta un proceso de transformación impulsado por la globalización, los avances tecnológicos y la integración de la inteligencia artificial. Este artículo analiza los fundamentos, desafíos y perspectivas de la educación médica en el siglo XXI, destacando la necesidad de currículos integrados, evaluación por competencias y una formación centrada en valores humanistas. Se propone un modelo educativo capaz de responder a los desafíos globales y fortalecer la calidad de los sistemas de salud mediante una enseñanza médica flexible, ética y socialmente responsable.

Introducción

La educación médica es un pilar esencial de los sistemas de salud modernos. Formar profesionales capaces de responder a los desafíos sanitarios actuales implica un proceso continuo que abarca el pregrado, el posgrado y la educación médica continua, en un marco de aprendizaje a lo largo de la vida.1 En un contexto donde la tecnología, la inteligencia artificial y las crisis sanitarias redefinen las competencias del médico, la educación médica debe ser flexible, humanista y socialmente responsable.

Aspectos Generales de la Educación Médica

La educación médica comprende todas las actividades de enseñanza y aprendizaje destinadas a la formación de médicos y otros profesionales de la salud. Se organiza en tres grandes etapas: pregrado, posgrado y educación médica continua, 2 siendo el currículo basado en competencias lo que se ha consolidado como modelo central, integrando conocimientos, habilidades y actitudes evaluadas mediante el desempeño profesional.3

Situación Actual

La globalización y la movilidad profesional han impulsado la necesidad de estándares internacionales y procesos de acreditación communes,1 considerándose la simulación clínica y la realidad virtual como los ejes integradores para entrenar destrezas en entornos seguros y reproducibles.4 Sin embargo, persisten brechas entre los currículos médicos y las necesidades reales de salud de la población, especialmente en países de ingresos bajos y medios, donde la distribución desigual de la fuerza laboral constituye un reto crítico.5 

Más aun, la pandemia de COVID-19 aceleró la transformación digital del aprendizaje, incrementando la socialización del conocimiento a través de la teleeducación, resaltando la importancia de la salud pública y la resiliencia profesional.6

Esta transformación no solo evidenció la necesidad de la adaptabilidad de los sistemas educativos, sino también la urgencia de integrar tecnologías emergentes con una visión humanista. En este contexto, la siguiente etapa de desarrollo de la educación médica debe centrarse en consolidar modelos sostenibles, inclusivos y tecnológicamente avanzado, transversalizando los aspectos y humanísticos pertinentes durante todo el proceso de enseñanza- aprendizaje.

Figura 1. Tendencias globales en la educación médica

Perspectivas Futuras

La educación médica del futuro representa un reto en la dinámica de interacción del trinomio docente-alumno-ambiente, lo que promueve a tener en cuenta cinco ejes clave, incluyentes y flexibles, 7–9 que se enumeran de la forma siguiente:

  1. Currículos integrados y flexibles, capaces de adaptarse a contextos cambiantes y promover el pensamiento crítico.
  2. Evaluación continua basada en competencias, apoyada en herramientas digitales que permitan un seguimiento individualizado del aprendizaje.
  3. Uso de inteligencia artificial y aprendizaje adaptativo, para personalizar la experiencia educativa y optimizar los resultados formativos para la generación del conocimiento nuevo y de la mejor evidencia para el desarrollo de competencias clínicas, de comunicación, de conocimiento, de ética y profesionalismo, así como del sistema de salud y salud pública. 
  4. Fortalecimiento del humanismo médico y la ética profesional, como pilares del ejercicio responsable y empático de la medicina.
  5. Alineación con las políticas públicas y los sistemas de salud, garantizando la pertinencia social y el compromiso con la equidad.

Figura 2. Fundamentos de la Educación Médica del Futuro

Conclusión

La educación médica vive una transformación sin precedentes. Frente a los desafíos de la inteligencia artificial, las crisis sanitarias y las inequidades globales, el médico del siglo XXI debe combinar competencia científica con sensibilidad humana, considerándose la importancia de promover un equilibrio entre ciencia, tecnología y humanismo para garantizar una formación médica integral y socialmente comprometida.

En este marco, las instituciones formadoras y los organismos rectores de la educación médica deberán establecer sistemas de monitoreo y evaluación continua que garanticen la integración efectiva de la ética y el humanismo en el desarrollo de competencias, resaltándose que, este seguimiento, debe traducirse en políticas académicas sostenibles, mecanismos de acreditación dinámicos y reformas curriculares que acompañen el avance exponencial de la tecnología en salud sin comprometer los valores esenciales de la profesión. 

Por consiguiente, alcanzar una homeostasis tripartita entre ciencia, tecnología y humanismo debe convertirse en un indicador estratégico de éxito para las escuelas de medicina, reflejando no solo la excelencia técnica de sus egresados, sino su compromiso ético y social con el bienestar humano y el fortalecimiento de los sistemas de salud.

Referencias

  1. World Federation for Medical Education. WFME Global Standards for Quality Improvement of Medical Education. 2020. https://wfme.org.
  2. Cooke M, Irby DM, O’Brien BC. Educating physicians: A call for reform of medical school and residency. Jossey-Bass; 2010.
  3. Frank JR, et al. Competency-based medical education: Theory to practice. Medical Teacher. 2010;32(8):638–645. https://doi.org/10.3109/0142159X.2010.501190.
  4. Issenberg SB, et al. Features and uses of high-fidelity medical simulations that lead to effective learning: A BEME systematic review. Medical Teacher. 2005;27(1):10–28. https://doi.org/10.1080/01421590500046924.
  5. World Health Organization. Global strategy on human resources for health: Workforce 2030. 2016. . 
  6. Rose S. Medical student education in the time of COVID-19. JAMA. 2020;323(21):2131–2132. https://doi.org/10.1001/jama.2020.5227.
  7. Boelen C, Woollard R. Social accountability and accreditation: A new frontier for educational institutions. Medical Education. 2011;45(1):71–77. https://doi.org/10.1111/j.1365-2923.2010.03727.x.
  8. Chan KS, Zary N, Kononowicz AA. Artificial intelligence in medical education: Best practices using machine learning to assess performance. Medical Teacher. 2021;43(8):975–981. https://doi.org/10.1080/0142159X.2021.1930429
  9. Frenk J, et al. Health professionals for a new century: Transforming education to strengthen health systems. The Lancet. 2010;376(9756):1923–1958. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(10)61854-5.

El autor es médico, epidemiólogo, con un Doctorado en Salud Global y una Maestría en Gerencia Internacional de Salud.

No te pierdas una noticia, suscribete gratis para recibir DiarioSalud en tu correo, siguenos en Facebook, Instagram, Twitter, Linkedln, telegram y Youtube

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad