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Descubren cómo la acumulación de una proteína en el cerebro aumenta el riesgo de párkinson y depresión

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Un estudio liderado por el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC (IIBB-CSIC) ha demostrado que la acumulación de la proteína alfa-sinucleína en determinadas neuronas altera los circuitos cerebrales, aumentando el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y, en fases tempranas, depresión.

Los resultados, publicados en la revista npj Parkinson’s Disease del grupo Nature, muestran que esta proteína se acumula en las neuronas productoras de serotonina, lo que genera un “patrón de desconexión” en los circuitos cerebrales que regulan las emociones. Según los investigadores, estos cambios ocurren mucho antes de que las neuronas mueran y de que aparezcan los síntomas motores clásicos del párkinson, como la rigidez o los temblores.

“Hemos visto que la acumulación de alfa-sinucleína altera las conexiones sinápticas y modifica la actividad en los circuitos emocionales”, explicó la investigadora principal, Analia Bortolozzi (IIBB-CSIC).

Metodología innovadora: de ratones a neuroimagen

El equipo, con Lluís Miquel-Rio como primer autor y la colaboración de Judith Jericó-Escolar en el marco de su tesis doctoral, combinó modelos animales con técnicas de neuroimagen funcional in vivo (fMRI), similares a las utilizadas en pacientes. Los hallazgos fueron posteriormente confirmados en muestras de tejido cerebral post mortem de personas con párkinson en distintos estadios de la enfermedad.

El trabajo ha contado con la participación del IDIBAPS, el CIBERSAM, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) y la Universidad de Barcelona (UB).

Una base neurobiológica común para párkinson y depresión

El 40-50 % de pacientes con párkinson sufre depresión. Hasta ahora se consideraba una consecuencia del avance de la enfermedad, pero este estudio apunta a que podría tratarse de una señal temprana y con origen común.

Aunque los científicos aclaran que tener depresión no implica necesariamente que se vaya a desarrollar párkinson, los resultados abren la puerta a identificar antes a los pacientes en riesgo y ofrecer tratamientos preventivos.

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