¿Debemos cambiar nuestra alimentación durante las olas de calor?

En medio de las recurrentes olas de calor y las elevadas temperaturas estivales, la profesora del Grado de Nutrición y Dietética de la universidad online de La Rioja UNIR, Carmen González Vázquez, comparte valiosos consejos sobre la alimentación adecuada para afrontar esta temporada.

Antes de entrar en recomendaciones específicas, la experta resalta la importancia crucial de mantenerse bien hidratados. Aunque la hidratación es fundamental en cualquier momento, en verano y en climas cálidos resulta aún más esencial.

Adiós a las "Dietas Milagro"

El periodo vacacional suele ser un momento en el que muchas personas desean sentirse cómodas y en forma, lo que a menudo da lugar a la proliferación de las llamadas "dietas milagro". Estos regímenes extremadamente restrictivos en calorías son perjudiciales para la salud en general y aún más en condiciones de altas temperaturas.

González advierte que durante el calor extremo, nuestro cuerpo necesita estar bien nutrido e hidratado. Las altas temperaturas pueden causar dilatación de los vasos sanguíneos, sudoración excesiva, estrés y fatiga. La adopción de "dietas milagro" puede agravar estas condiciones, resultando en retención de líquidos, hipoglucemias, mareos o descensos en la presión arterial, entre otros problemas.

Falta de Apetito

Otra consecuencia común del calor extremo es la pérdida de apetito. En este sentido, la nutricionista ofrece consejos para abordar este desafío. González sugiere optar por comidas pequeñas, nutritivas e hidratantes a lo largo del día. Si normalmente se realizan tres comidas al día y se experimenta una disminución del apetito en verano, se pueden distribuir seis comidas más ligeras.

La falta de apetito puede llevar a la deshidratación, ya que a menudo se asocia con una disminución de la sensación de sed. La nutricionista enfatiza la importancia de mantenerse hidratado mediante la ingesta suficiente de agua y pequeñas comidas frecuentes.

¿Comer Frío o Caliente?

Contrariamente a la creencia común, no es necesario consumir alimentos fríos para refrescarse durante el calor. González explica que nuestro cuerpo normalmente mantiene una temperatura de entre 36.5 y 37 grados Celsius en condiciones normales, y los alimentos que ingerimos deben adaptarse a esta temperatura.

Consumir alimentos fríos implica que el cuerpo requerirá más energía para calentarlos antes de ser digeridos. Por ejemplo, consumir un helado generará una mayor sensación de calor interno, contrarrestando la percepción inicial de frescura.

Principales Riesgos

La profesora también advierte sobre los riesgos asociados con una alimentación inadecuada durante las olas de calor. La pérdida de apetito puede llevar al desorden en los hábitos alimenticios, lo que puede resultar en picoteos frecuentes entre comidas. El consumo de snacks debe ser controlado para evitar la ingesta excesiva de alimentos ultraprocesados ricos en azúcares.

Asimismo, González recomienda no reducir drásticamente la ingesta calórica durante el verano. Aunque las recetas pueden adaptarse, es importante mantener un consumo energético adecuado para garantizar una salud óptima.

En conclusión, para sobrellevar las olas de calor en verano, se recomienda una alimentación equilibrada, hidratación constante y la evitación de "dietas milagro" que pueden perjudicar la salud en condiciones climáticas extremas.

Fuente EFE.

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