Curación de lesiones graves de médula espinal con una técnica experimental

Unos científicos han desarrollado una nueva terapia, aplicable mediante inyección, para reparar tejido dañado en lesiones graves de médula espinal y revertir la parálisis. En unos experimentos con ratones paralizados por lesión de médula espinal, se les administró a estos una sola inyección, concretamente en los tejidos que rodeaban la zona de médula espinal dañada. Cuatro semanas después, los animales recuperaron la capacidad de caminar.

Este prometedor avance es obra del equipo de Samuel I. Stupp y Zaida Álvarez, ambos de la Universidad del Noroeste en Estados Unidos.

En la actualidad, no hay terapias aprobadas clínicamente que activen la regeneración de la médula espinal, por lo que si se verifica que la nueva técnica es eficaz en humanos y no acarrea riesgos inaceptables, podría ser una solución para un porcentaje importante de los pacientes con lesión de médula espinal. Como en otros potenciales avances médicos, el proceso de validación será largo (del orden de años) y podría conducir a resultados decepcionantes.

Mediante el envío de señales bioactivas capaces de desencadenar procesos de reparación y regeneración de las células, la nueva y revolucionaria terapia mejoró drásticamente las médulas espinales gravemente lesionadas de los ratones en cinco aspectos clave: 

Las extensiones cortadas de las neuronas, llamadas axones, se regeneraron. El tejido cicatricial, que puede crear una barrera física para la regeneración y la reparación, disminuyó significativamente. La mielina, la capa aislante de los axones que es crucial para que las señales eléctricas se transmitan con eficacia, volvió a formarse alrededor de las células. Se formaron vasos sanguíneos funcionales para suministrar nutrientes a las células en el lugar de la lesión. Y, por último, aumentó la cantidad de neuronas motoras que sobrevivieron.

Células madre humanas (mostradas en rojo y verde) tratadas con el nuevo material terapéutico. Las células comenzaron a diferenciarse en neuronas (mostradas en blanco) en presencia del material. (Imagen: Samuel I. Stupp Laboratory / Northwestern University)

Una vez que la terapia termina su trabajo, los materiales inyectados a través de los cuales actúa se biodegradan en nutrientes para las células, tardando unas 12 semanas, y luego desaparecen por completo del cuerpo sin efectos secundarios perceptibles, al menos en el caso de los ratones.

El equipo de Stupp y Álvarez expone los detalles técnicos de su terapia experimental en la revista académica Science, bajo el título “Bioactive Scaffolds with Enhanced Supramolecular Motion Promote Recovery from Spinal Cord Injury”. 

Fuente: NCYT

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