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COVID persistente podría guiar el desarrollo de nuevos tratamientos y vacunas

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Una investigación conjunta de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) ofrece nuevas claves sobre el COVID persistente y su posible papel en el diseño de tratamientos y vacunas más eficaces. El estudio revela que los pacientes con esta condición producen menos anticuerpos frente a la proteína completa del virus, pero mantienen una mejor respuesta inmunitaria contra la región crítica de entrada del SARS-CoV-2 en las células.

Según detalla la UCM en una nota de prensa, estos hallazgos abren la puerta a estrategias terapéuticas individualizadas y al desarrollo de vacunas adaptadas a diferentes perfiles inmunológicos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el inicio de la pandemia se han contabilizado más de 700 millones de casos de COVID-19 en todo el mundo. Un número considerable de personas desarrolla secuelas que pueden afectar el sistema inmunitario, nervioso o vascular, y que persisten durante meses o incluso años.

El COVID persistente —término acuñado por los propios pacientes— afecta al menos al 6 % de los adultos y entre el 1 % y el 4 % de los niños, según la Complutense. Este síndrome post-COVID se diagnostica cuando persisten síntomas como pérdida del olfato o gusto, afonía, niebla mental, fatiga, dolor de cabeza, trastornos del sueño o dolor articular durante más de tres meses tras la infección inicial.

Resultados clave del estudio

El estudio, realizado a 30 personas sin secuelas y 104 pacientes con COVID persistente, identificó diferentes factores de riesgo asociados al síndrome. Uno de ellos fue haber contraído la infección antes de la vacunación, lo que incrementa el riesgo en un 72 %, confirmando así el efecto protector de las vacunas.

Asimismo, se detectó mayor riesgo en quienes presentaron fiebre o neumonía durante la infección inicial.

Los investigadores comprobaron que los pacientes con COVID persistente desarrollan una respuesta inmunitaria distinta. En concreto, muestran una respuesta reducida frente a la proteína Spike completa, pero mantienen mejor la respuesta contra la región RBD, fundamental para que el virus entre en las células.

El análisis incluyó también el estudio detallado de las subclases de inmunoglobulinas (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) generadas frente a la proteína Spike y la región RBD, lo que permitió una caracterización más precisa del comportamiento inmunitario de estos pacientes.

Hacia tratamientos y vacunas personalizadas

Los resultados, publicados en la revista Frontiers in Immunology, refuerzan la posibilidad de diseñar estrategias de medicina personalizada según el perfil inmunitario de cada paciente.

El trabajo señala que algunos pacientes podrían beneficiarse más de terapias antivirales orientadas a eliminar posibles reservorios virales, mientras que otros responderían mejor a tratamientos con inmunoglobulinas.

En este sentido, los investigadores plantean la necesidad de explorar nuevos enfoques vacunales, que incluyan proteínas virales distintas a la Spike o el uso de plataformas alternativas de inmunización.

Fuente EFE.

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