Cuidar del corazón no es una tarea exclusiva de la edad adulta. La prevención comienza mucho antes, incluso en la infancia, cuando ya pueden empezar a desarrollarse factores de riesgo que décadas después se traducen en enfermedades cardiovasculares. Así lo recuerda la Fundación Española del Corazón (FEC) con motivo del Día Mundial del Corazón.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo, con más de 20,5 millones de fallecimientos anuales —un tercio del total—. En España, representan el 26,1 % de las muertes, solo por detrás de los tumores (26,6 %), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Promover la salud cardiovascular no debe plantearse en la edad adulta, todo lo contrario”, señala el presidente de la FEC, Andrés Íñiguez. La cardiopatía isquémica, una de las más frecuentes, se gesta desde la infancia por la acumulación de grasa en las arterias y suele manifestarse a partir de los 50 o 60 años.
Infancia: movimiento y buena alimentación
El ejercicio físico temprano es clave para controlar la tensión arterial, el colesterol y prevenir la diabetes. La OMS recomienda que los niños combinen actividades aeróbicas y de fuerza, algo que puede lograrse incluso jugando en el parque. Reducir el tiempo frente a pantallas es otro factor esencial.
En cuanto a la alimentación, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria recuerda que la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses es la opción más recomendable. A partir de ahí, frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas de calidad deben ser la base, evitando ultraprocesados y bebidas azucaradas.
Adolescencia: hábitos que perduran
En esta etapa, la clave es consolidar lo aprendido en la infancia. La actividad física diaria (al menos 60 minutos) y evitar tóxicos como tabaco y alcohol son determinantes. El 80 % de los eventos cardiovasculares prematuros podrían evitarse con hábitos saludables, según la OMS.
Edad adulta: ejercicio regular y atención a la menopausia
Entre los 18 y 50 años, se recomienda entre 150 y 300 minutos de actividad física semanal. Caminar a buen ritmo, ejercicios de flexibilidad y fuerza ayudan a mantener la salud cardiovascular.
En el caso de las mujeres, la menopausia marca un antes y un después, ya que la disminución de estrógenos eleva el riesgo. Ejercicio y dieta mediterránea son los mejores aliados en esta etapa.
A partir de los 55 años: revisiones médicas y estilo de vida
Desde los 55 años en hombres y 60 en mujeres, la edad en sí misma se convierte en un factor de riesgo. La FEC recomienda cuatro pautas:
- Controlar la presión arterial.
- Realizar un análisis general anual.
- Mantener un estilo de vida cardiosaludable (ejercicio moderado y dieta mediterránea baja en sal).
- Evitar tabaco y alcohol.
PACTOS: la fórmula de prevención
La FEC resume la prevención en un acrónimo: PACTOS.
- P: presión arterial controlada.
- A: alimentación sana.
- C: colesterol bajo y evitar contaminación ambiental.
- T: tóxicos fuera.
- O: obesidad bajo control.
- S: sedentarismo y estrés, enemigos a combatir.
“Al final, se trata de hacer un pacto con uno mismo: moverse más, comer mejor y cuidar la mente. Esa es la mejor medicina para el corazón”, concluye Íñiguez.
Fuente EFE.
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