Colitis ulcerosa: retos que enfrentan quienes la padecen

La colitis ulcerosa (CU) se destaca por ser una enfermedad crónica inflamatoria del intestino grueso, la cual provoca la formación de pequeñas úlceras o llagas en el colon que, a su vez, desencadenan dolor abdominal y la necesidad de ir al baño con frecuencia en la persona.  Si bien este es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los pacientes con CU, es importante destacar que existen estrategias para ser más resilientes, recuperarse y vivir mejor con la enfermedad.

Adicionales al dolor de abdomen y la urgencia intestinal, otros síntomas como la diarrea, sangre en heces, los cólicos, la pérdida de peso y hasta fiebre son considerados retos físicos y su padecimiento dependerá de cada paciente. Para reducir su impacto, se recomienda implementar cambios en la dieta alimenticia como disminuir el consumo de grasas y frituras, comer porciones más pequeñas en intervalos más frecuentes, limitar la ingesta de productos lácteos, con chile, gaseosas y hasta la cafeína -cuando se tiene una diarrea fuerte-, así como llevar una dieta baja en fibra;  todo esto de la mano de su equipo médico.

La CU puede ocurrir a cualquier edad -con mayor frecuencia en la década de los 30- y afecta por igual a hombres y mujeres. El estado emocional de estos pacientes es otro de los factores al que se le debe prestar atención; es decir, es necesario llevar un manejo adecuado de la ansiedad y posible depresión, ya que de lo contrario pueden agudizar la enfermedad e incrementar los síntomas.  En este sentido, además de la atención psicológica, la persona puede practicar técnicas de relajación y yoga.

De acuerdo con la Federación Europea de Asociaciones de Crohn y Colitis Ulcerosa (EFCCA, por sus siglas en inglés), alrededor de 5 millones de personas viven en el mundo con una enfermedad inflamatoria intestinal (EII), incluyendo la colitis ulcerosa.

Específicamente, el paciente con CU puede ser más resiliente en torno a la enfermedad si aprende a aceptar su padecimiento, tiene un buen sistema de apoyo, genera confianza en sí mismo, aprende a manejar los síntomas y aplica la autorregulación en aquellos aspectos que la requieran.

La colitis ulcerosa puede detectarse gracias a diversas pruebas que el gastroenterólogo le refiere al paciente. Entre estas destacan un análisis de material fecal y de sangre, una colonoscopía (examina todo el colon) o una sigmoidoscopía (evalúa el recto y colon inferior). Una vez emitido el diagnóstico, la relación con el especialista será clave para el tratamiento y manejo adecuado de la enfermedad.

Previo a una cita médica, el paciente diagnosticado con CU puede prepararse escribiendo todas las consultas que le vengan a su mente. Una vez esté con el especialista, se le recomienda indicar que desea conversar acerca de diversos temas de su enfermedad, los cuales pueden incluir desde establecer metas en términos de vida saludable y manejo de la CU hasta los síntomas presentados y qué actividades ha dejado de hacer por estos.

Es importante que el paciente y quien lo acompañe, tomen nota de lo conversado con el médico, para dar constante seguimiento y cumplir con el tratamiento acordado.

Otros de los retos a los que se enfrentan los pacientes con CU es que, hasta el día de hoy, no se sabe cuál es la causa de esta enfermedad y, además, que no tiene cura. Sin embargo, gracias a la ciencia, ahora existen tratamientos muy efectivos que pueden controlar los síntomas, disminuir la inflamación de la pared del colon y eventualmente, mantener al paciente en remisión, reduciendo las complicaciones.

Solo entre un 25% y 33% de los casos requerirán una cirugía para aliviar algunas complicaciones que surjan, como perforación del intestino y sangrados severos por úlceras profundas o cuando las terapias del todo no controlen eficientemente la enfermedad.

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