Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat de València (UV) ha identificado una zona poco estudiada de la proteína Spike del SARS-CoV-2 que resulta esencial para que el virus pueda penetrar en las células humanas. El hallazgo, publicado en la revista Communications Biology, demuestra que el denominado dominio transmembrana no es solo el anclaje de la proteína a la envoltura viral, como se creía hasta ahora, sino que participa de forma activa y decisiva en el proceso de infección.
La proteína Spike es la herramienta que utiliza el coronavirus para reconocer y fusionarse con las células del organismo. “Comprender todos los engranajes de la maquinaria del coronavirus es primordial si queremos estar preparados frente a futuras variantes o incluso ante otros virus similares”, señala Luis Martínez Gil, investigador principal y coordinador del estudio y profesor del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UV.
El trabajo ha sido desarrollado por el Laboratorio de Proteínas de Membrana, dirigido por Ismael Mingarro, en la Facultad de Ciencias Biológicas del Instituto Universitario de Biotecnología y Biomedicina (Biotecmed), en colaboración con investigadoras del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), centro mixto del CSIC y la UV.
Aunque las partes externas del coronavirus han sido ampliamente estudiadas desde el inicio de la pandemia en 2020, el comportamiento del tramo final de la Spike —el que atraviesa la membrana viral— seguía sin estar claro. “Nuestros resultados muestran que la secuencia y la estructura de esta región son críticas: pequeños cambios bastan para que el virus pierda gran parte de su capacidad de infectar”, explica Juan Ortiz Mateu (Biotecmed), primer autor del artículo.
Los investigadores señalan que este dominio transmembrana apenas ha variado entre las distintas variantes del coronavirus, lo que refuerza la idea de que desempeña una función fundamental en las interacciones necesarias para la infección. El estudio revela también que esta región facilita que la proteína Spike forme trímeros, la estructura que permite la fusión del virus con la célula.
Mediante la introducción de mutaciones en posiciones específicas de la Spike, el equipo observó una notable reducción en la capacidad del virus para entrar en las células, lo que subraya su papel clave. Los autores destacan que comprender este mecanismo abre nuevas posibilidades para el desarrollo de fármacos dirigidos a esta región, un enfoque terapéutico hasta ahora poco explorado pero con potencial para bloquear la entrada viral y frenar la infección.
La investigación ha sido financiada por programas públicos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Agencia Estatal de Investigación, la Unión Europea y el programa Prometeo de la Generalitat Valenciana.
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