El “electrocardiograma” del estómago

MADRID.- Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de California en San Diego han desarrollado un sistema portátil similar a un electrocardiograma tipo ´holter´, que se adhiere a la piel del abdomen, permite monitorizar la actividad en el estómago las 24 horas y detectar desórdenes gastrointestinales de forma no invasiva.

El aparato se coloca sobre la zona ventral y permite monitorizar la actividad estomacal a lo largo del día. “Es básicamente como un electrocardiograma, pero para el tracto gastrointestinal”, explican sus desarrolladores, el investigador de bioingeniería Armen Gharibans, el profesor de bioingeniería Todd Coleman, el gastroenterólogo David Kunkel y el cronobiólogo Benjamin Smarr.

Este sistema también guarda similitudes con un ‘holter’, un pequeño dispositivo electrónico conectado a varios electrodos adhesivos que se colocan en el tórax, cuya función es registrar y almacenar el electrocardiograma del paciente durante al menos 24 horas de forma ambulatoria.

De acuerdo con los investigadores, las señales eléctricas del estómago son diez veces más débiles que las del corazón, por lo que hubo que desarrollar complejos métodos matemáticos para poder capturarlas,amplificarlas, reconocerlas y analizarlas.

Esta tecnología viene con una ´app´, que permite a los pacientes registrar sus comidas, su sueño y otras actividades.

Entre las ventajas que destacan del dispositivo está que puede ser utilizado fuera del entorno clínico, lo que reduce los costes sanitarios, y aumenta la posibilidad de capturar eventos anormales en este órgano.

Es una caja impresa portátil en 3D y conectada a 10 pequeños electrodos de monitorización con cinta de espuma y gel adhesivo.

Los datos recolectados con este sistema han comprobado que son comparables a los recogidos en la clínica con los actuales métodos invasivos, que obligan a penetrar en el cuerpo mediante una incisión en la piel o a introducir material ajeno al organismo.

“Uno de estos procedimientos invasivos consiste en insertar un catéter en el tracto gastrointestinal a través de la nariz del paciente, y se efectúa bajo sedación o anestesia general”, explican.

“Hasta ahora era bastante difícil medir con precisión los patrones eléctricos de la actividad estomacal de manera continua fuera de un entorno clínico pero, a partir de ahora, seremos capaces de observar patrones y analizarlos, tanto en personas sanas como enfermas durante su vida diaria”, añade Todd Coleman.

“Esto nos ayudará a determinar si el estómago funciona correctamente durante las comidas y, lo que es más importante, cuándo los pacientes experimentan síntomas como náuseas y dolor abdominal”, subraya el doctor David Kunkel.

“Las dos principales afecciones gastrointestinales que nuestra tecnología podría monitorizar son la dispepsia funcional y la gastroparesia, que afecta a un elevado porcentaje de pacientes con párkinson o diabetes”, explica el profesor Todd Coleman.

Fuente y foto: Efe Salud.

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