El arte del conocimiento y la prevención ante la enfermedad silente, hipercolesterolemia

Autora: Angelica Maria Blanco Montero. Interna de Medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Monitora de farmacología, ciencias fisiológicas, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). 

Tradicionalmente el colesterol ha sido percibido por la población en general como un enemigo feroz de nuestro bienestar, pero en realidad, es una molécula de vida. Constituyendo hasta un 23 por ciento de las membranas celulares, es responsable de otorgar fluidez y permeabilidad a la misma, características que permiten que ejerzan su función, que es la vida misma. Por lo cual deducimos que el colesterol es nuestro aliado en las medidas adecuadas para nuestras funciones vitales. Sin embargo, fuera de los parámetros fisiológicos puede convertirse en la llave que abra la puerta de numerosos acontecimientos. 

A pesar de que la presencia de ciertas alteraciones genéticas pueden causar por sí mismas hipercolesterolemia, en la mayoría de los casos también participan múltiples factores como hábitos alimenticios desenfrenados, un estilo de vida sedentario o el hábito de fumar. Estos desencadenan respuestas fisiológicas que propician las condiciones óptimas para desarrollar estrías grasas, que conllevan finalmente a lesiones ateroscleróticas. Dichas lesiones se reflejan como un daño endotelial que permite que las moléculas de LDL, mal llamado por la población “colesterol malo” puedan adherirse a la pared de las arterias, pudiendo desencadenar situaciones mortales para el individuo (1).

Como profesional de la salud, nuestra misión principal es atacar los factores modificables en los individuos de nuestra población, como su alimentación, sus hábitos y su estilo de vida de manera general para así alertar y salvaguardar de forma más completa a nuestra sociedad. 

Las estatinas son el tratamiento farmacológico de elección para tratar los niveles elevados de colesterol. En el 2003, se realizó una publicación en el que se explica el beneficio de estos medicamentos tanto en las personas que poseen patologías de base como en las que no; dando como resultado la disminución en la incidencia de ECV, infarto agudo al miocardio y hospitalizaciones (2).

No debemos olvidar que esta condición es realmente silenciosa, por esto debemos atacar con ruido, y la prevención resuena en cada esquina. Por eso te exhorto querido lector a que hagamos ruido juntos mientras creamos nuestros hábitos alimenticios y decidimos ser proactivos, recordando siempre la carga genética de las enfermedades y concientizando que un cambio en nosotros ahora se refleja en nuestras generaciones futuras.


Referencias:

.Maldonado Saavedra O, Ramírez Sánchez I, García Sánchez JR, Ceballos Reyes GM, Méndez Bolaina E. Colesterol: Función biológica e implicaciones médicas. Rev mex cienc farm. 2012;43(2):7–22.
Drago Silva JM. JUPITER: UN NUEVO APORTE DE LAS ESTATINAS [Internet]. Edu.pe. [cited 2021 Feb 7]. Disponible en: https://sisbib.unmsm.edu.pe/BVRevistas/cardiologia/v34_n3/pdf/a10v34n3.pdf















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