Alteraciones cerebrales en la depresión y el uso de antidepresivos

heyliana.jpg

Autora: Heyliana Marte Abreu, estudiante de Medicina de 2do año del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Miembro del Comité Permanente en Salud Pública (SCOPH) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

La depresión mayor representa un problema de salud pública debido a su alta prevalencia. La etiología de la depresión es compleja ya que en ella intervienen factores psicosociales, genéticos, y biológicos. Entre los factores psicosociales, se ha observado que los primeros episodios depresivos aparecen después de algún evento estresante, y el estrés que acompaña al primer episodio produce cambios a largo plazo en la fisiología cerebral que pueden producir variaciones a nivel estructural y en el funcionamiento de diferentes áreas cerebrales. Entre los factores genéticos que intervienen en el trastorno depresivo, se ha reportado que alrededor de 200 genes están relacionados con el trastorno depresivo mayor. Dentro de los factores biológicos, existen evidencias de alteraciones a nivel de neurotransmisores, citosinas y hormonas, cuyas acciones inducen modificaciones estructurales y funcionales en el sistema nervioso central, en el sistema inmunológico y en el sistema endocrino, que incrementan el riesgo de padecer la depresión mayor (1).

Los criterios de diagnóstico para la depresión mayor del manual DMS-V, así como de la CIE-10, suelen concordar en diversos puntos, los cuales son: Estado de ánimo depresivo o irritable (tristeza profunda), disminución del interés en las actividades placenteras y la capacidad de experimentar placer (anhedonia), significativo aumento o pérdida de peso, insomnio o hipersomnia, agitación o retardo psicomotor, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva, disminución de la capacidad para pensar o concentrarse y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio (2).

Los cambios morfológicos cerebrales en los trastornos afectivos se producen principalmente en la corteza fronto-límbica, el hipocampo y la amígdala, las estructuras que regulan el funcionamiento emocional y cognitivo, así como el desarrollo de síntomas somáticos en el curso de los trastornos. El mayor número de informes de cambios estructurales en la corteza cerebral incluye la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza orbitofrontal y la corteza cingulada anterior. Los resultados de la neuroimagen y los estudios seccionales revelan cambios en el volumen de estructuras involucradas en la creación de circuitos neuronales que afectan el desarrollo de trastornos del estado de ánimo. Los estudios microscópicos muestran cambios en el recuento celular, la densidad y la morfología en estas áreas. Algunos de esos cambios se observan solo en ciertas capas de la corteza cerebral (3).

Los antidepresivos se usan ampliamente en la práctica clínica para el tratamiento de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo. Los antidepresivos actúan para normalizar respuestas neuronales anormales en pacientes deprimidos aumentando la actividad cerebral a estímulos positivos y disminuyendo la actividad a estímulos negativos en la red emocional, y aumentando la participación del mecanismo regulador en dlPFC (Prefrontal dorsolateral), una región clave que media la regulación emocional, durante las emociones negativas y positivas en los pacientes (4).

Varios estudios de imágenes han evaluado los efectos del tratamiento antidepresivo, en términos de duración, eficacia y compuestos, en los volúmenes cerebrales en pacientes con trastorno depresivo. El propósito de este tipo de investigación es doble: por un lado, investigar cómo el tratamiento afecta la anatomía del cerebro; Por otro lado, comprender el mecanismo de acción de los antidepresivos. Además, el resultado clínico de los pacientes con trastorno depresivo puede ser bastante variable y la predicción de la respuesta al tratamiento es un desafío para el desarrollo de terapias confiables (5)

El tratamiento antidepresivo eficaz podría tener un impacto neurobiológico en el trastorno depresivo al reducir los procesos de contracción estructural en el hipocampo y la corteza prefrontal, en función de un supuesto efecto neuroprotector o neuro-modulador (6). En esta perspectiva, los antidepresivos ISRS (Inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina) han provocado un aumento de volumen en subdivisiones cinguladas y el precúneo, en controles sanos bajo administración corta, confirmando una remodelación estructural, independiente de la enfermedad depresiva, por neurotransmisión serotoninérgica (7).

A la hora de hablar de salud mental existen muchos estigmas. Una de las causas que dificulta la adherencia al tratamiento de pacientes con condiciones como depresión, bipolaridad y esquizofrenia, es el ¨pill shaming¨, la cual se refiere al prejuicio contra las personas que toman medicamentos para tratar cualquier trastorno mental.

Es necesario la erradicación de dicho estigma y la normalización del tratamiento, para evitar asimilaciones erróneas que se dan con frecuencia y que dificultan la adherencia al tratamiento de muchos pacientes.

Referencias bibliográficas:

1) Pérez-Padilla, Elsy Arlene, Cervantes-Ramírez, Víctor Manuel, Hijuelos-García, Nayeli Alejandra, Pineda-Cortés, Juan Carlos, & Salgado-Burgos, Humberto. (2017). Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión Mayor. Revista biomédica, 28(2), 73-98. https://dx.doi.org/10.32776/revbiomed.v28i2.557
2) Asociación Americana de Psiquiatría. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR). Barcelona, España: Ed. Masson. 2005; p.387-476. http://www.mdp.edu.ar/psicologia/psico/cendoc/archivos/Dsm-IV.Castellano.1995.pdf
3) Wilczyńska K, Simonienko K, Konarzewska B, Szajda SD, Waszkiewicz N. Psychiatr Pol. 2018; 52 (5): 797-805. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30584814
4) Y ma. Mecanismo neuropsicológico subyacente al efecto antidepresivo: un metanálisis sistemático. Molecular Psychiatry (2015); 20, 311-319 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24662929
5) Berton O., Nestler EJ Nuevos enfoques para el descubrimiento de fármacos antidepresivos: más allá de las monoaminas. Nat. Rev. Neurosci. 2006; 7 (2): 137-151. https://www.nature.com/articles/nrn1846
6) Fossati P., Radtchenko A., Boyer P. Neuroplasticidad: de la RM a los síntomas depresivos. EUR. Neuropsychopharmacol. 2004; 14 (5): 503– 510. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15550349
7) Kraus C., Ganger S., Losak J., Hahn A., Savli M., Kranz GS, Baldinger P., Windischberger C., Kasper S., Lanzenberger R. Materia gris y cambios en la red intrínseca en el cingulado posterior corteza después de la ingesta selectiva de inhibidores de la recaptación de serotonina. 2014. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23988273

No te pierdas una noticia, suscribete gratis para recibir DiarioSalud en tu correo, siguenos en Facebook, Instagram, Twitter, Linkedln, telegram y Youtube

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad