Posible cura funcional para VIH gracias a pacientes con capacidad de inhibir el virus

Hallazgos de un estudio publicados recientemente en la revista digital, Journal of Clinical Investigation Insight revelan que pacientes infectados por el VIH pueden lograr la remisión, aunque presenten una cifra elevada de linfocitos T infectados.

Los investigadores de Johns Hopkins han descubierto que las células inmunitarias de dos pacientes infectados por el VIH actúan de forma distinta a las células de otros pacientes infectados por el mismo virus y que, en efecto, contribuyen a estabilizar la concentración vírica años después de la infección.

“Uno de nuestros pacientes contrajo la infección hace casi 20 años, estuvo en tratamiento antirretrovírico durante algunos años y luego lo suspendió; y ha vivido sin el virus durante más de 15 años. Nuestras observaciones apuntan a que iniciar el tratamiento antirretrovírico (TAR) precozmente puede reajustar el sistema inmune del paciente en tal grado que se logra neutraliza el virus, incluso si se suspende el tratamiento”, afirma Joel N. Blankson, coautor del estudio y catedrático de medicina interna en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Entender estos mecanismos puede llevarnos a descubrir una ‘cura funcional’ para los pacientes infectados por el VIH”, concluye Blankson.

 

El VIH infecta a los linfocitos CD4 del sistema inmune y se aloja en ellos para reproducirse y propagar la infección. Durante la fase inicial de la infección, otro tipo de célula inmunitaria, los linfocitos CD8, detectan y eliminan a los linfocitos CD4 infectados por el virus; sin embargo, ya que el virus suele reproducirse de forma acelerada, los linfocitos CD8 no dan abasto y acaban perdiendo la batalla.

Para el estudio, los investigadores han seguido el caso de dos pacientes varones infectados por el VIH, quienes presentan niveles de viremia indetectables en los análisis de rigor. El primer paciente forma parte de un subgrupo denominado “inhibidores élite”, cuyas células inmunitarias expresan un biomarcador genético que le permite al cuerpo mantener baja la concentración de viremia, sin tratamiento farmacológico. El segundo paciente, quien pertenece a un subgrupo que se denomina “reguladores postratamiento”, se sometió al tratamiento antirretrovírico durante unos cuantos años antes de suspenderlo hace más de 15 años y no presenta biomarcadores genéticos con efecto protector.

Ya que desde hace años a los pacientes se les analiza la concentración vírica en la sangre durante las consultas médicas habituales, los investigadores utilizaron estas muestras de sangre para aislar los linfocitos CD4. Ambos pacientes presentaron cifras elevadas de linfocitos CD4 infectados por el VIH, a pesar de que la concentración vírica en la sangre no era cuantificable; una característica atípica en pacientes infectados que son capaces de neutralizar el virus.

Anteriormente se pensaba que la presencia de reservorios del VIH en los linfocitos CD4 era un obstáculo para erradicar el virus, porque estas células contienen copias del virus y pueden multiplicarse y propagar la infección. No obstante, el mecanismo celular en los pacientes estudiados parecía otro, por lo que los investigadores decidieron realizar un análisis más detallado.

Gracias a las muestras de sangre que se habían obtenido a lo largo del tiempo, los científicos aislaron el virus del paciente en el subgrupo de los reguladores postratamiento, secuenciaron el material genético y detectaron que el virus analizado en 2010 y el que se había analizado tras obtener dos muestras sanguíneas seis años después, eran idénticos. Este hallazgo resultó sorprendente porque normalmente el virus tiende a mutar cuando se multiplica, para que se propague la versión más fuerte, como es natural en el proceso de evolución de las especies.

“El hecho de que los virus eran totalmente idénticos apunta a que la multiplicación se produjo mediante un mecanismo que se denomina expansión clónica, en el cual las células inactivas del reservorio, que están infectadas, se dividen y dan origen a copias exactas de todos los genes víricos”, indica Blankson.

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