El estrés, la alimentación y los hábitos de vida influyen en el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer

Aproximadamente 22.000 personas se encuentran actualmente afectadas por la enfermedad del Alzheimer o por un deterioro cognitivo leve, aunque los últimos datos, de 2005, daban unas 15.000, según la doctora Carmen Antúnez, directora de la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, que reconoce un aumento del número de personas afectadas menores de 64 años.

"Tenemos bastantes pacientes a partir de los 50-55 hasta los 60 años", la mayoría de ellas, según los análisis realizados, no cuentan con una mutación familiar de las tres conocidas, acentuando que "los hábitos de vida tienen una gran afluencia" en el desarrollo de esta enfermedad, al igual que en el cáncer, por lo que "cambiando estilos de vida, ralentizamos ese deterioro", expresó la doctora.

En este sentido, la neuróloga explica que el estrés es un hábito "terrible" que acaba produciendo una situación de "neuroinflamación", es decir, "una inflamación a nivel celular" y lo que se podría definir como "el estado previo para que se den todas las lesiones de la enfermedad del Alzheimer". También afecta la hipertensión o la diabetes, así como "lo que comemos y cómo lo comemos", el colesterol alto, la vida sedentaria y la obesidad.

Y es que, acentúa, "nuestro organismo no está preparado para vivir con estrés de manera crónica, eso acaba lesionando órganos y aparatos", todo lo contrario, el organismo está preparado para que sea de una manera "puntual". "Nuestro organismo no está preparado para vivir en una situación de permanente estrés en el que vivimos y eso acaba lesionando órganos y aparatos". El estrés, subraya Antúnez, "no es nada recomendable para ninguna enfermedad ni para la vida", en general.

De hecho, se ha demostrado que la flora intestinal "juega" un papel muy importante, "hoy se sabe que la absorción de nutrientes, la generación de determinados neurotransmisores y el sistema inmunitario está directamente relacionado con nuestras bacterias". La alimentación y el estrés influyen severamente en las bacterias intestinales pues -incide la experta- "hay una conexión directa y continua entre el cerebro y el intestino, es el llamado eje intestino-cerebro". De hecho, cuando uno cambia la alimentación, la flora intestinal cambia en diez días.

En esta línea de la influencia de la modificación de los estilos de vida en pacientes con deterioro cognitivo leve, el estudio FINGUER publicado en 2015, demostró que pacientes con deterioro cognitivo leve a los que se sometió a cambios en el estilo de vida, el deterioro iba mucho más lento que en el grupo al que no se sometió a ninguna de estas intervenciones. Esos cambios consistieron en una dieta saludable baja en lácteos e hidratos de carbono, rica en verduras, fruta y legumbres, y la disminución en la ingesta de proteína animal y las harinas refinadas, así como en un aumento de ejercicio físico y una mayor red de relaciones sociales.

En cuanto al deporte, el ejercicio aeróbico y tener una masa muscular aceptable, es una protección contra el deterioro cognitivo, "por eso es tan importante el trabajar en estas líneas de prevención".

Ésta es la estrategia y una de las armas que tenemos frente a la enfermedad de Alzheimer, ha acentuado Antúnez, "el actuar lo más pronto posible para retractar lo más posible el deterioro que conlleva el Alzheimer y que los pacientes no lleguen a las etapas finales y terribles" de esta enfermedad.

Tras lo que la neuróloga ha avanzado que la Unidad de Demencia del Hospital Virgen de la Arrixaca está trabajando en un estudio para saber la influencia de la dieta vegetariana en esta enfermedad, porque, al parecer, "es lo que más influye en modificar la flora intestinal y de forma bastante saludable", a fin de que sirva para prevenir el deterioro cognitivo, aunque todavía se encuentran en la etapa de inclusión de personas.

De tal forma, ha aseverado Antúnez, que si cambiamos los hábitos de vida "dentro de 30-40 años podríamos ver una reducción sustancial del número de personas afectadas; el Alzheimer se retrasaría muchísimo".

Sobre el aumento en el número de pacientes, expone dos motivos, que "cada vez hay más gente y que se diagnostica mejor". En este sentido, explica que a partir de los 64 años, el número de personas se duplica cada cinco años, la enfermedad de Alzheimer no familiar se da generalmente antes de esas edades y constituyen del 1 y el 3 por ciento de todos los casos.

La enfermedad de Alzheimer, aunque se diagnostica más y mejor, "todavía hay un nicho de pacientes que no están diagnosticadas". Es una enfermedad que afecta a 1,7 mujeres por un hombre. El aumento de la esperanza de vida tiene otra cara, y es que estamos asistiendo a enfermedades que son ligadas a la edad, entre ellas la enfermedad de Alzheimer, "cuanta más edad tiene uno, más posibilidades de padecer una enfermedad de Alzheimer", pues la gran mayoría de casos es mayores de 64 años.

En este sentido, la doctora apunta que las mujeres viven entre seis y ocho años más pero con poca calidad, "pero el tema no es vivir más, sino hacerlo con calidad" y esto es un trabajo a realizar desde muchos años antes.

Además, ha explicado que más del 50 por ciento de los pacientes con deterioro cognitivo leve tendrá algún tipo de demencia, generalmente Alzheimer.

De hecho, de acuerdo con los últimos datos del estudio epidemiológico ARIADNA, realizado en Murcia en 2005, había 8.000 personas con Alzheimer, 7.000 con deterioro cognitivo leve a partir de 64 años en la Región de Murcia.

Finalmente, la doctora ha lanzado un mensaje invitando a los ciudadanos a que colaboren con el banco de órganos de La Arrixaca, "de los mejores de España", porque "su generosidad nos ayuda a poder ayudar a otros". Tras lo que subraya la importancia de la investigación para el conocimiento de las enfermedades, "gracias a la existencia de los Bancos de cerebros hemos podido poner nombre a enfermedades que hace años no tenían explicación".

El diagnóstico final, definitivo, de una demencia solo se puede hacer si analizamos el cerebro del paciente tras su fallecimiento, ha apuntado. "En Murcia tenemos la gran suerte de poder contar con uno de los Banco de cerebros de España. Atesora ya 240 cerebros de donantes y tiene un funcionamiento modélico".

También considera necesario que las personas que no tienen ninguna enfermedad cerebral, los que llaman controles, donen sus cerebros, para así poder comparar los sanos con los enfermos. El teléfono 24 horas de Banco de Cerebros de la Región de Murcia es 618680370 para hacerse donante o para cualquier otra información.

Fuente: DPA.

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