SANTO DOMINGO.-Ante la actual pandemia del COVID-19 , las empresas deben prepararse para enfrentar los riesgos que traen consigo los brotes, pandemias y epidemias.
El ausentismo de los empleados, las restricciones de viaje y las interrupciones de la cadena de suministro son algunos de los efectos que el Coronavirus presenta en los mercados donde el virus ya se ha hecho presente, un escenario que claramente impactará en la economía de estos países y en la economía global.
“El coronavirus, antes de llevarnos a una situación de pánico nos debe guiar hacia la reflexión. Esto a través de la revisión de nuestros procesos y protocolos de acción. Es clave identificar los escenarios que atenten contra el bienestar de nuestros colaboradores y la productividad de nuestros negocios. Ante esto, las empresas deben adoptar un enfoque ampliado, comenzando por establecer estrategias de preparación que cubran la respuesta de emergencia, la continuidad del negocio, la gestión de crisis y la forma cómo nos comunicamos eficientemente ante escenarios delicados”, indicó Enrique Valdez, presidente/CEO de Marsh Franco Acra.
Ante esta situación, la empresa destacó 10 mandamientos:
1. Comunicar a los colaboradores lo que se está haciendo para protegerlos y para mantener la continuidad del negocio
Compartir las prácticas de higiene y medidas para evitar contagio, compartir información sobre la continuidad del negocio y planes de respuesta ante la pandemia, así como la continuidad de pago de las nóminas y prestaciones de salud.
2. Promover mecanismos innovadores para apoyar a la fuerza laboral
Evitar la exposición innecesaria a la infección en hospitales, a través de la telemedicina se pueden consultar los problemas no epidémicos de bajo nivel. El apoyo a la salud mental a través de asesoramiento, planes de asistencia a los empleados.
3. Consultar y asesorarse sobre las coberturas de sus planes de salud y continuidad de negocio.
Familiarizarse con los términos y condiciones de tus pólizas con respecto a las exclusiones por pandemia y requisitos de elegibilidad.
4. Asegurarse que las clínicas cercanas a la organización cuenten con los protocolos de salud necesarios para atender una contingencia
Las clínicas deben disponer de equipos adecuados para el control de infecciones y estar preparados para aislar, transportar y poner en cuarentena de forma segura a los posibles pacientes.
5. Analizar la necesidad de viajes de negocio durante la contingencia
Se deben revisar las políticas de viajes de la empresa y los programas de seguros actuales a fin de comprobar su adecuación y servicio de asistencia.
6. Informar a los colaboradores que regresen de viaje de una zona afectada sobre los síntomas que podrían presentar
Los viajeros deben estar atentos a síntomas durante al menos 14 días después de su regreso (tos seca, fiebre, dificultad para respirar).
7. Monitorear activamente las fuentes oficiales de comunicación para considerar acciones que puedan impactar tus operaciones
Las empresas deben dar seguimiento de manera directa a la situación para determinar la necesidad de trabajar de manera remota. En regiones afectadas por el virus ya se han implementado estas medidas y otras como la limitación de los viajes a zonas afectadas.
8. Considerar el trabajo a distancia, flexible y adaptable
El teletrabajo puede ser una de las soluciones a corto plazo. Además, permitirá identificar y optimizar las áreas vulnerables con respecto a la digitalización flexible de procesos de trabajo y negocios. Es importante proporciona consejos y asistencia para facilitar el trabajo remoto.
9. Analizar la volatilidad de los fondos de pensiones privados y otros activos
Ante un clásico evento de “riesgo excepcional” como el COVID-19, las empresas deben revisar las estrategias de inversión y los enfoques de cobertura. Así como, elaborar protocolos para reducir los riesgos de planes privados de pensiones en función de las circunstancias individuales y de los movimientos del mercado.
10. Revisar los planes de preparación ante una pandemia
La revisión de estos procesos y estar atentos a los direccionamientos de organismos internacionales y autoridades locales es clave. Desarrollar un plan de preparación para la gestión de crisis, que incluya estructuras de gobierno, protocolos claros y líneas de comunicación, evaluación de la viabilidad de la cadena de suministro y la colaboración con las entidades de salud pública.
Mantener una constante actualización de los protocolos acorde al avance de la crisis y las medidas de las autoridades de salud.
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