¿Cómo mantener nutricionalmente un óptimo sistema inmunológico?

Artículo por: Dr. Alexander Luciano

Nutriólogo clínico

www.doctoralexanderluciano.com

El sistema inmunológico se compone de órganos, tejidos, proteínas y células especiales, que día a día protegen a los seres humanos de los diferentes gérmenes y microorganismos (Bacterias, Virus, Hongos y Protozoos). 

En la mayoría de los casos, el sistema inmunológico se desempeña con eficacia manteniendo saludables a las personas y previniendo infecciones. Sin embargo, en algunas ocasiones, problemas con el sistema inmunológico pueden producir enfermedades e infecciones.

Las células de defensa son los glóbulos blancos o leucocitos que son de dos tipos básicos: los fagocitos y los linfocitos, los cuales se combinan para encontrar y destruir las sustancias u organismos que causan las enfermedades.

Los leucocitos se producen o almacenan en los órganos linfáticos como el timo, el bazo y la médula ósea. Los leucocitos también se almacenan en masas de tejido linfático, principalmente en forma de ganglios linfáticos que están presentes en todo el cuerpo. Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos B y los linfocitos T tienen funciones diferentes: Los linfocitos B funcionan como el sistema de inteligencia militar del cuerpo, ya que localizan el objetivo y envían defensas para atraparlo. Las células T se asemejan a los soldados: destruyen a los invasores que el sistema de inteligencia identifica.

Los fagocitos incluyen varias células diferentes. El tipo más común son los neutrófilos, que principalmente atacan a las bacterias. 

Inmunidad

Es la protección que nos proporcionan las células y componentes especializados del sistema inmunológico que protegen al cuerpo de las enfermedades. Los seres humanos tienen tres tipos de inmunidad: innata, adquirida y pasiva.

Trastornos del sistema inmunológico

Los Trastornos del sistema inmunológico se clasifican en cuatro categorías principales:

  1. Trastornos de inmunodeficiencia (primarios o adquiridos)
  2. Trastornos autoinmunitarios (donde el sistema inmunológico del cuerpo ataca su propio tejido como si fuera una sustancia extraña)
  3. Trastornos alérgicos (el sistema inmunológico reacciona exageradamente ante un antígeno)
  4. Cáncer del sistema inmunológico

Alimentación y Respuesta Inmune

Como sabemos el sistema inmunológico constituye la protección o defensa contra las enfermedades. Aunque es impredecible evaluar los defectos de la dieta sobre el sistema inmune, según los resultados de diversas investigaciones se han identificado algunos factores dietéticos que afectan a la respuesta inmunológica del organismo humano. 

La clave o estrategia para mantener un sistema inmunológico fuerte es mantener un estilo de vida saludable que incluye una dieta adecuada, variada y equilibrada, además practicar actividad física de leve a moderada intensidad. Otras recomendaciones es evitar el consumo de bebidas alcohólicas en exceso, el estrés y no fumar. 

El Omega 3, Selenio, Zinc, los Probióticos y las vitaminas A, C y E son de los nutrientes que se han relacionado con el fortalecimiento y funcionamiento del sistema inmunológico.  

¿Dónde se pueden encontrar estos nutrientes?

Aquí comparto algunas opciones de qué alimentos consumir para conseguir estos nutrientes:  

  • Fuentes de Omega 3: Salmón, Atún, Arenque, Semillas de chía, Nueces y linaza. 
  • Fuentes de selenio: Nuez de Brasil, Avena, Yema de huevo, Semilla de girasol o calabaza (pipas), Carne/pollo, y repollo. 
  • Fuentes de Zinc: Ostras, Camarón, Carne de res, Pollo, Pavo o de pescado, Hígado, Germen de trigo, Granos integrales, Semillas de calabaza, Frutos secos (cacahuates, almendras, nuez de Brasil).
  • Fuente de vitamina C: Naranja, Mandarina, Piña, Limón, Fresas, Guayaba, Papaya, Melón, Mango, Kiwi, Brócoli, Tomate. Sandía, Repollo. 
  • Fuentes de vitamina E:  Aceite de palma, Semillas de girasol, Avellanas, Cacahuates o maní, Almendras, Pistachos, Mango, Aceite de oliva, Aceite de girasol, Nueces. 
  • Fuentes de vitamina A: Aceite de hígado de bacalao, Huevo, zanahoria, Mango, Espinaca, Acelga, Brócoli, Lechuga. 
  • Fuentes de probióticos: Los encontramos en el Yogurt natural, Leche fermentada Tipo kéfir, entre otros. 

La Organización Mundial de la Salud define los probióticos como “Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo”. Por tanto, los probióticos y sus beneficios inciden directamente sobre nuestra flora intestinal o microbiota. Los principales son lactobacilos y las bifidobacterias.

En conclusión, la nutrición (buena alimentación) es importante para todos y combinada con la actividad física y un peso saludable, es una forma excelente de ayudar a tu cuerpo a mantenerse fuerte y saludable. Crear consciencia, decidir cuidar de tu salud, ser el guardián y el amo de tu vida es imprescindible para tener un sistema inmunitario en óptimas condiciones para vencer con mayores armas a los virus, bacterias y protozoos que nos puedan atacar.

(Fuentes: rchsd.org, OMS, FELANPE y Criterios Propios).

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