El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que obliga a las farmacéuticas a reducir los precios de los medicamentos recetados en un plazo de 30 días o enfrentarán nuevas restricciones sobre lo que el gobierno federal está dispuesto a pagar por ellos.
Durante una conferencia de prensa en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca, acompañado por el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., Trump anunció que el Departamento de Salud negociará nuevos precios con las compañías. En caso de que no se logren acuerdos voluntarios, se implementará una normativa que vinculará los precios en EE.UU. con los más bajos pagados por otros países.
"Vamos a igualar. Todos vamos a pagar lo mismo. Vamos a pagar lo que paga Europa", declaró el mandatario.
La medida, conocida como la política de “nación más favorecida”, pretende frenar los altos costos de los medicamentos que enfrentan millones de ciudadanos estadounidenses, especialmente los afiliados a los programas Medicare y Medicaid, que representan un gasto anual de cientos de miles de millones de dólares.
Una medida polémica
El principal grupo de presión farmacéutica, PhRMA, rechazó la orden, calificándola como un “mal negocio para los pacientes” y advirtiendo que podría afectar negativamente la inversión en innovación y desarrollo de nuevos tratamientos.
“Importar precios extranjeros de países socialistas sería un mal negocio para los pacientes y trabajadores estadounidenses”, afirmó Stephen J. Ubl, presidente de PhRMA.
La orden retoma un enfoque que Trump ya había intentado implementar durante su primer mandato, pero que fue bloqueado judicialmente. Ahora, con un nuevo liderazgo en el Departamento de Salud, encabezado por Kennedy Jr., y figuras como el doctor Mehmet Oz al frente de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, la administración espera concretar este ambicioso plan.
Impacto incierto
Expertos advierten que el impacto de la medida podría tardar en sentirse. Rachel Sachs, profesora de derecho de la salud en la Universidad de Washington, comentó que los efectos podrían tomar años y dependen en gran medida de la voluntad de las farmacéuticas de cooperar.
Además, el decreto no afecta directamente a los precios de los medicamentos cubiertos por seguros privados, lo que limita su alcance inmediato para buena parte de la población.
Contexto político
El anuncio ocurre en un momento en que la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, ha presentado un plan para recortar 880.000 millones de dólares de Medicaid, y cuando Trump enfrenta una intensa campaña electoral rumbo a las presidenciales de 2026.
A pesar de las críticas, Trump insistió en que su administración está dispuesta a tomar medidas drásticas: abrir el mercado a importaciones, investigar prácticas corporativas y limitar los beneficios desproporcionados de las farmacéuticas.
“Las compañías farmacéuticas obtienen la mayor parte de sus ganancias de Estados Unidos. Eso no es algo bueno”, indicó.
Varias compañías farmacéuticas ganaron terreno en el mercado de valores el lunes por la mañana. Merck, una compañía que ganó 64.200 millones de dólares el año pasado con la ayuda de su tratamiento contra el cáncer Keytruda, subió un 3,9%. El gigante farmacéutico Pfizer, que alcanzó 63.600 millones de dólares en ingresos en 2024, subió un 2,5% mientras que Gilead Sciences subió un 5,8%.
Fuente: Infobae
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